Hipocresía y terrorismo islamista

El trágico episodio de Mohamed Merah, el asesino múltiple de Toulouse, que ha mantenido atemorizado a Francia, ha irrumpido con fuerza en la Europa de la crisis

Hipocresía y terrorismo islamista FRANCE 2

Manuel Erice

El trágico episodio del asesino múltiple que ha mantenido atemorizado a Francia, con dos días de rocambolesco desenlace en una vivienda de Toulouse, ha irrumpido con fuerza en la Europa de la crisis, en la que hoy casi no cabe otra obsesión (lógica) que la ... de salir del agujero económico.

Europa sigue bajo la amenaza constante del terrorista islamista

Como viene ocurriendo periódicamente y de forma tozuda desde el 11-S, el doble atentado de un yihadista (felizmente resuelto por la Policía gala), con un “modus operandi” distinto a los habituales pero con la más que probable participación de un grupo de apoyo, nos deja algunas lecciones que debemos tener en cuenta.

Por mucho que los expertos coincidan en la debilidad de Al Qaida y sus seguidores en todo el mundo, Europa sigue bajo la amenaza constante del terrorista islamista , desgraciadamente no siempre fácil de detectar por su presencia siempre durmiente y su peculiar (des)organización interna.

En este caso, al tratarse de un ciudadano francés hijo de inmigrantes argelinos que tuvo un fácil acceso a campos de entrentamiento en tierra talibán (Afganistán-Pakistán) desde 2007, resucita la sombra de nuevas dudas sobre un territorio en guerra, tradicional semillero del yihadismo internacional, del que las tropas de EEUU y de la coalición internacional habrán salido en cuestión de dos años.

Dicho sea de paso, la coordinación policial y de servicios secretos occidentales, sigue siendo crucial, como lo demuestra el hecho de que Mohamed Merah hubiese sido detectado ya por la Guardia Civil en La Junquera primero, y más tarde, dentro del territorio francés.

La coordinación policial y de servicios secretos occidentales sigue siendo crucial

Mientras tanto, causa asombro y hasta sonrojo comprobar la hipocresía de ciertos sectores de la sociedad francesa, que pensando en otra autoría de los crímenes y al albur de unas elecciones presidenciales se mostraron especialmente sensibles a protestar contra el avance de la ultraderecha y el nazismo organizando hasta una manifestación.

Tardaron minutos en desconvocarla cuando se impuso la realidad de un “asesino inconveniente”, como escribe hoy Hermann Tertsch en un brillante artículo en ABC . Para muchos y para su sectarismo resulta incómodo que finalmente el asesino sea yihadista, y no ultraderechista o neonazi, como si ambas ideologías y comportamientos violentos no fueran igual de condenables.

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