El héroe del 'Hotel Ruanda', condenado a 25 años de cárcel por terrorismo
Paul Rusesabagina, que salvó la vida de 1.200 tutsis y hutus moderados en el genocidio de 1994, fue detenido por la inteligencia ruandesa en agosto de 2020. Su oposición al presidente Kagame ha sido notoria durante décadas
Paul Rusesabagina, esposado en Kigali
Si el heroísmo es una cumbre casi inalcanzable, la desgracia es un abismo para el que basta con un simple traspiés o un empujón. Parece que Paul Rusesabagina (67 años) ha sufrido una mezcla de ambos percances. Antiguo gerente del hotel de las ... Mil Colinas, el establecimiento de lujo de Kigali donde salvaron la vida más de 1.200 tutsis y hutus moderados en el genocidio de 1994 -y luego inmortalizado en la película ‘Hotel Ruanda’ (2004)-, Rusesabagina fue sentenciado ayer a 25 años de cárcel por su relación con un grupo terrorista que mató a varias personas entre 2018 y 2019. Su proceso, que se celebró en la capital del pequeño país africano, ha provocado numerosas críticas. Convertido en opositor de Paul Kagame, muchos creen que la verdadera causa de su caída tiene un trasfondo político.
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Todo comenzó en agosto de 2020, cuando Rusesabagina fue engañado por los servicios de inteligencia ruandeses durante una operación con el gancho para una secuela sobre sus peripecias. Después de tomar un avión en Chicago -el célebre opositor vivía en Estados Unidos, pues se había mudado para esquivar el acoso al que se le había sometido durante su exilio en Bélgica-, se dirigió a Emiratos Árabes Unidos, con la intención de tomar otro vuelo que le conduciría a Burundi, donde tenía previsto celebrar una ronda de discursos en varias iglesias. Le acompañaba Constantin Niyomwungere , un pastor que se hacía pasar por su amigo, pero que en realidad le había engatusado y operaba como agente secreto. De manera inesperada -aunque solo para el afectado-, el viaje acabó con Rusesabagina en un calabozo de Kigali.
Un laberinto
Las razones de su captación y juicio son todavía más laberínticas. Rusesabagina ha sido acusado de fundar el grupo terrorista Frente de Liberación Nacional , el brazo armado del Movimiento de Ruanda para el Cambio Democrático , un partido que acoge a la miríada de los opositores en el exilio. A todos les une su rechazo a Kagame, el presidente del país desde el año 2000, un exmilitar tutsi con la trayectoria dividida entre dos amplios espacios de luz y sombra. Aunque goza del prestigio de haber liderado la ofensiva del Frente Patriótico Ruandés que acabó con el régimen hutu culpable del genocidio -donde murieron alrededor de 800.000 personas, entre tutsis y hutus moderados , en uno de los últimos golpes de horror del siglo XX-, organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch o Reporteros Sin Fronteras han acusado a Kagame de socavar la democracia, perseguir a sus contrincantes políticos y asfixiar la libertad de prensa. En los últimos años, no han sido infrecuentes las muertes y desapariciones de opositores y periodistas.
La vida del ‘héroe del hotel de las Mil Colinas’ tampoco ha transitado por un mar en calma. Como recordaban ayer los periódicos, Rusesabagina se exilió a Bélgica poco después del final del genocidio, no sin antes acusar a Kagame y al nuevo régimen ruandés de pulsiones autoritarias y sesgo antihutu. Después de huir de su país de origen, el opositor pidió asilo a la antigua potencia colonial, donde obtuvo la nacionalidad. Ese es el argumento que esgrime para calificar de ilegítimo su juicio, que empezó en Kigali el pasado febrero. «Estoy siendo juzgado de manera errónea porque fui secuestrado y traído a Ruanda contra mi voluntad», denunció entonces. El Gobierno belga anunció ayer que el proceso no había sido «justo y equitativo» y que tampoco se había respetado la presunción de inocencia. Con su trágico tropiezo, el futuro del protagonista de una gesta de cine está entre rejas.