El hermano del disidente ciego chino también huye del acoso policial

En Pekín, Chen Guangfu se reunió con el abogado Ding Xihui, contratado para defender a su hijo. Tanto él como su compañero Si Weijiang han encontrado numerosos problemas para entrevistarse con su cliente, al que las autoridades locales de Dongshigu no permiten ver porque han vuelto a sellar el pueblo para impedir la llegada de periodistas extranjeros y curiosos.

Tras la heroica fuga de película del disidente ciego, que huyó solo en la oscuridad el pasado 26 de abril y, con la ayuda de unos amigos, se refugió seis días en la Embajada de EE.UU. en Pekín, su familia ha sufrido el acoso de las matones a sueldo enviados por las autoridades locales. Su hermano, Chen Guangfu, ha sido amenazado después de denunciar a finales de abril torturas a manos de la Policía.

Visiblemente airado por el escándalo diplomático provocado por Chen Guangcheng, el régimen chino no sólo no ha investigado su ilegal arresto domiciliario, sino que ha endurecido la represión en su pueblo y está tomando represalias contra sus parientes. El pasado 9 de mayo, el Buró de Seguridad Pública del condado de Yinan arrestó formalmente a su sobrino, Chen Kegui , bajo los cargos de «intento de homicidio» y sus familiares temen que acabe pagando en la cárcel el exilio del activista ciego debido a la arbitrariedad de la Justicia en China y las dificultades que están encontrando sus letrados.

Aunque Chen Guangcheng ha podido empezar una nueva vida en libertad en EE.UU., donde la Universidad de Nueva York le ha becado para seguir sus estudios de Derecho, su familia se enfrenta ahora al acoso de las autoridades locales. Tras el revuelo mediático montado por el disidente ciego coincidiendo con la visita de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton , al autoritario régimen de Pekín no le quedó más remedio que llegar a un acuerdo y permitir su salida del país, una vergonzosa pérdida de cara para la nueva China de la modernidad y el desarrollo cuyo crecimiento económico tiene obnubilado a todo el mundo.

A pesar de la ceguera que sufre desde la infancia, el abogado Chen Guangcheng, de 40 años, se ha señalado como uno de los disidentes más combativos de China por denunciar los abusos que padecían sus paisanos en el distrito de Linyi, sobre todo las esterilizaciones masivas y abortos forzosos para cumplir la «política del hijo único». En 2006 fue condenado en un oscuro proceso judicial y, tras pasarse cuatro años en la cárcel, llevaba desde septiembre de 2010 confinado bajo arresto domiciliario. El pasado sábado voló a Nueva York, donde ha asegurado que durante todo este tiempo sufrió «más allá de lo que nadie se puede imaginar».