Los herederos de las Brigadas Rojas hacen una llamada a la «lucha armada»

El primer ministro Giuliano Amato manifestó ayer que «la oposición se ha dado cuenta del peligro terrorista tan solo después que nosotros», y advirtió a Berlusconi que el intento de relacionar el terrorismo con la izquierda democrática puede convertirse en un «boomerang». Según Amato, los partidos del Gobierno y de la oposición tienen que mantenerse unidos frente al terrorismo «pues si no, se hace un daño al país». Pocas horas más tarde, Berlusconi se manifestó de acuerdo: «podemos estar divididos en temas políticos pero, frente al terrorismo, todas las fuerzas democráticas debemos actuar unidas».

En el acaloramiento de la campaña, algunos candidatos del centro izquierda y del centro derecha competían ayer por manifestar su preocupación, incluso a riesgo de magnificar un grupo de importancia menor. El fiscal jefe de Milán, Gerardo D´Ambrosio, subrayó que «no pueden hacerse paralelismos con los “años del plomo” puesto que hoy ni siquiera los terroristas se creen capaces de poner en marcha un proceso revolucionario o de arrastrar a la lucha armada una multitud de simpatizantes». D´Ambrosio añadió que «también ha cambiado por completo el escenario internacional: el muro de Berlín ha caído también para los grupos subversivos, y en la lucha al terrorismo, la cooperación entre Estados es ahora absoluta».

El malestar por la reaparición del NIPR coincidió ayer con enfrentamientos menores entre jóvenes fascistas y radicales en Milán y Roma con motivo de la fiesta nacional italiana. En Milán, dos jóvenes de extrema derecha que llevaban flores al lugar donde fueron expuestos los cadáveres de Mussolini y Chiara Petacci terminaron vapuleados por militantes de extrema izquierda que se habían reunido en Piazzale Loreto para impedir el homenaje floral. En Roma, la policía tuvo que disolver un grupo de extremistas de la izquierda que intentaba atacar a unos cuantos militantes de la extrema derecha en el cementerio del Verano.