Grecia aprueba más ajustes, alza de impuestos y privatizaciones

Los sindicatos llamaron a manifestarse ante el Parlamento para protestar por los nuevos ajustes. Muchos de los manifestantes eran trabajadores de empresas estatales que temen el que se privatice el 50% de sus compañías y pierdan su empleo en un próximo futuro. En Atenas, además, pararon todos los transportes públicos.

Pero la sociedad helena parece dar ya por ineluctable la inacabable serie de subidas de impuestos, reducción de gastos sociales y recortes de todo tipo asumidos por el Gobierno de Tsipras pese a haber ganado las elecciones prometiendo todo lo contrario de lo que ha terminando haciendo.

Kiriakos Mitsotakis, líder de la oposición y presidente del partido conservador Nueva Democracia, le espetó este reproche en el Parlamento: «O bien es usted un primer ministro mentiroso con todos los espejismos que nos presentó o es un primer ministro que se engaña a sí mismo y que no entiende lo que está sucediendo a su alrededor, por lo que no merece ser jefe del gobierno de este país». E insistió: «Los griegos están pagando muy caras las mentiras del Gobierno».

Los nuevos recortes están incluidos en un proyecto de ley de más de 7.000 páginas al que se oponen la oposición en bloque y los sindicatos. Lo más destacado de este paquete de reformas es el aumento de impuestos indirectos por el que el IVA pasará del 23 al 24%, la subida del impuesto inmobiliario (equivalente al IVI español) y el alza de las cargas sobre combustibles, café y cerveza, tabaco, cigarrillos electrónicos, televisión por cable, juegos de azar on line, conexiones de internet y nuevos automóviles. Se acelerarán las privatizaciones. Y aumentará el impuesto sobre la ocupación hotelera y el IVA en varias de las islas que hasta ahora tenían un trato fiscal preferente, lo que ha irritado a los trabajadores del sector turístico, la única industria griega que sigue creciendo los últimos años.

Además, la ley de ajustes incluye la creación de un «mecanismo automático de corrección del presupuesto» -«el cortador» lo denominan los griegos- por el se reducirán automáticamente los gastos sociales en caso de desviación de la política de austeridad comprometida. Este mecanismo podría recortar gastos por valor de un 2% del PIB al año, incluidas las pensiones y principales gastos sociales. Es decir, todo lo que Tsipras dijo que jamás haría.