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El Gobierno de Sánchez trata de esquivar la crisis Francia-EE.UU. en la cita anual de la ONU

El año que viene, Madrid será la sede de la cumbre de la OTAN, y la crisis entre ambos países no es un buen antecedente para su desarrollo

Pedro Sánchez (d), junto al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska (i), observan la evolución de la erupción volcánica de La Palma EFE
Javier Ansorena

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Naciones Unidas celebra su gran reunión del año, la semana de su Asamblea General, con las aguas de la política internacional muy revueltas. Tras la salida caótica y trágica de EE.UU. de Afganistán, que pilló con el pie cambiado a sus socios occidentales, la cita en Nueva York se ha complicado todavía más por la reciente creación de Aukus, la alianza en materia de seguridad nacional entre EE.UU. Reino Unido y Australia. El acuerdo, diseñado para controlar las ambiciones militares de China en la región Índico-Pacífico, no solo ha impactado en el gigante asiático. Uno de los principales elementos de Aukus es el desarrollo de submarinos de propulsión nuclear para Australia, lo que ha hecho saltar por los aires un acuerdo para la construcción de submarinos que el Gobierno de Canberra había firmado con Francia.

Este lunes estaba previsto que el presidente francés, Emmanuel Macron, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, hablaran para tratar de reconducir la situación, después de que Francia llamara a consultas a sus embajadores en Washington y Canberra y suspendiera una gala en la capital estadounidense para celebrar la larga y sólida relación militar con su gran socio trasatlántico.

La crisis diplomática entre Francia y EE.UU. sorprende a España entre dos socios de primer nivel y sin la presencial del presidente del Gobierno en Nueva York. Pedro Sánchez ha retrasado su viaje a la principal ciudad de EE.UU. por la erupción volcánica en La Palma y no se espera que llegue aquí hasta, al menos, el martes por la tarde. Así, Sánchez se perderá buena parte de la agenda preparada para esta semana, en la que será sustituido en muchos actos por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares .

«Siempre que hay una crisis entre países aliados lo vemos con preocupación», aseguraron fuentes diplomáticas desplazadas a Nueva York sobre la situación creada entre dos socios clave de España. «Vamos a esperar y vamos a trabajar por acercar posiciones» , añadieron estas fuentes, que apostaron porque se mantenga el diálogo dentro de los organismos involucrados: «Los socios europeos tienen que hablar en el seno de la Unión Europea y los socios de la OTAN, en el seno de la OTAN».

El Gobierno de España parece preferir mantenerse al margen de la crisis, aunque la maniobra de Washington, como otras realizadas por la Administración Biden desde su llegada al poder, va contra los intereses de los países de la UE. El año que viene, Madrid será la sede de la cumbre de la OTAN, y la crisis entre Francia y EE.UU. no es un buen antecedente para su desarrollo, entre crecientes llamamientos de los países europeos, entre ellos, España, de una mayor autonomía estratégica de la UE.

«La cumbre de Madrid será un gran momento de reflexión», concedían estas fuentes diplomáticas, pocas horas antes de que los ministros de Exteriores de la UE se reunieran en Nueva York , con la presencia de Albares y con la crisis de los submarinos como uno de los puntos que iban a ser tratados.

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