El Gobierno de Duque investiga la posible muerte del guerrillero Iván Márquez en Venezuela

Así lo señalaron las autoridades colombianas, que en la tarde del sábado seguían atentas a informes de inteligencia que corroboraran que Márquez, quien en 2019 le dio la espalda al Acuerdo de Paz firmado en 2016, fue emboscado por miembros del Frente 1, otra disidencia de las Farc, con el cual la Nueva Marquetalia sostiene una guerra por el control de las rutas del narcotráfico y otras rentas ilícitas, entre ellas la minería ilegal.

El responsable de la muerte de Márquez – con 78 órdenes de captura, 28 sentencias y 10 millones de dólares de recompensa por su paradero- sería Iván Mordisco (Néstor Gregorio Vera), el primer comandante de las Farc en abandonar el Acuerdo, quien nunca desmovilizó a sus hombres y en cambio unió fuerzas con Gentil Duarte (Miguel Botache Santillana), el más poderoso comandante de las disidencias de las Farc. La meta conjunta, mantener y aumentar el control en la frontera de Colombia con Venezuela y expandirse a ese país, es decir, manejar las rutas del narcotráfico, del contrabando, la explotación minera ilegal, entre otros negocios.

Al parecer, la Nueva Marquetalia fue la responsable de la muerte de Gentil Duarte, el pasado mes de mayo, y Mordisco cobró este fin de semana la cuenta pendiente con Márquez, uno de los pocos comandantes disidentes que quedaban en pie. Cabe recordar que Mordisco ha reclamado como suya la emboscada y muerte del también disidente Jesús Santrich (en mayo de 2021), realizada por uno de sus comandos. Y habría apoyado igualmente las acciones de comandos liderados por Gentil Duarte que acabaron con otros dos líderes históricos de las Farc, Romaña (Henry Castellanos) y El paisa (Hernán Darío Velásquez), ambos muertos en diciembre del año pasado. Todo esto ha sido posible porque Mordisco es un experto en la geografía de la zona, tiene respaldos locales y capacidad de moverse con sus 2000 hombres; y es cercano a la Guardia Nacional y al Ejército Bolivariano. Ese control de la frontera es lo que siempre le faltó a la Nueva Marquetalia, paulatinamente arrinconada a pesar de recibir la protección del régimen de Maduro.

Sin embargo, algunos analistas y expertos en seguridad, como Jairo Libreros, se atreven a cuestionar que haya sido Mordisco y, en cambio, plantean otra posibilidad: Walter Mendoza, uno de los hombres fuertes de la nueva Marquetalia y cercano a Márquez, habría dado la orden, quedándose con el liderazgo de la debilitada Nueva Marquetalia. Sin embargo, afirma Libreros, «ya no hay no hay una cúpula que logre aglutinar a los miembros de la Nueva Marquetalia. Mendoza, con una larga trayectoria delincuencial, no tiene la capacidad política ni las relaciones de poder que le permitan hacer negociaciones» o mantener la protección de miembros de las fuerzas armadas venezolanas.

Más allá de los pormenores de la muerte de Márquez, lo significativo está en su impacto para futuras negociaciones con otras disidencias de las Farc, con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con grupos armados de extrema derecha , como los es el Clan del Golfo, vinculados con el narcotráfico, y que en conjunto son hoy los responsables de buena parte de la violencia que padece nuevamente Colombia, multiplicada durante este último gobierno, bajo el cual se han fortalecido estas organizaciones criminales que se disputan territorios y rentas ilegales, violentando nuevamente a las poblaciones más vulnerables sin que la política de seguridad logre dar respuesta efectiva, como lo señala la Fundación Ideas para la Paz en su reporte «Ni paz ni guerra», publicado recientemente.

Para Jairo Libreros, «las disidencias quedan totalmente menguadas. Ya Venezuela -en acercamiento con el gobierno Biden- no les dará el mismo amparo de antes y, por lo tanto, no se pueden mover a sus anchas, ya sea como refugio o como espacio de impunidad rente al narcotráfico. Márquez tenía claro que estaban buscándolo para matarlo y por eso trataba de acercarse al nuevo gobierno para procurar una vía de negociación. Hoy Colombia cuenta con varios grupos armados y el presidente electo ha dicho que se deben buscar mecanismos legales para hacer más atractivo su desmantelamiento, tanto la negociación como el sometimiento a la justicia. Este último camino implicaría replantear la muy básica y nada atractiva ley de sometimiento, heredada del gobierno de Santos, con pocos incentivos pues estaba pensada para Otoniel (Darío Antonio Úsuga), paramilitar jefe del Clan del Golfo, quien fue capturado en 2021 y extraditado a Estados Unidos en mayo pasado -y cuya gran estructura militar y criminal sigue intacta- , suerte que pretendía esquivar Iván Márquez».

La otra ruta planteada por Gustavo Petro es establecer una mesa de negociación con la guerrilla del ELN, la cual también recibe un golpe con la muerte de Márquez pues moverse impunemente no le será tan fácil ahora que Maduro busca ganar espacios en la región negociando con Washington y así mover el ajedrez entre los gobiernos de La Habana, Caracas y Bogotá, tratando de abrirse algún espacio en la política regional que le permita también salidas a su crisis interna y reformular las negociaciones con la oposición. «Los elenos quedan notificados política y criminalmente. Política, porque necesitan que se normalice la relación con Cuba para poder retomar una negociación y buscar un mecanismo digno de salida a una dirigencia anquilosada que ya no negociará con un gobierno de derecha, como era el de Santos y lo que representaba, como todos los gobiernos anteriores, sino con uno de izquierda».