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El gobernador de Chiang Rai a ABC: «Esperamos sacar los mismos niños que ayer o más»

En marcha la segunda jornada del rescate de los nueve atrapados que quedan en la cueva Tham Luang de Tailandia

Miembros de los servicios de rescate evacúan a uno de los niños rescatados de la cueva EFE
Pablo M. Díez

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A las once de la mañana (seis de la mañana, hora peninsular española), este lunes ha empezado la segunda fase del rescate de los niños atrapados desde hace más de dos semanas en la cueva de Tham Luang , al norte de Tailandia en la ciudad de Mae Sai . El mismo equipo de buzos que el domingo sacó a cuatro de los atrapados intenta evacuar a los nueve restantes . «En el mejor de los casos, esperamos sacar a los mismos que ayer o más», ha respondido a ABC el gobernador provincial de Chiang Rai, Narongsak Osottanakorn , al término de la rueda de prensa donde ha anunciado el inicio de esta nueva operación de salvamento.

La misión corre a cargo del mismo equipo de buzos internacionales que el domingo trajo con éxito a los c uatro primeros rescatados , que ya se conocen el peligroso laberinto de cinco kilómetros de grutas que llega hasta el grupo atrapado, a 600 metros bajo la superficie. La buena noticia es que, a pesar de la tormenta de tres horas que descargó la noche del domingo sobre Mae Sai , los niveles de agua dentro de la cueva siguen siendo los mismos, lo que puede facilitar la operación. Afortunadamente, las lluvias del monzón previstas para esta semana han dado una tregua y, aunque está nublado, todavía no ha caído una gota este lunes.

Tal y como explicó el gobernador, «la misión va más rápido de lo previsto» y, si todo sale bien, en las próximas horas se espera que más niños sean llevados a la boca de la caverna, desde donde serán trasladados a un hospital. Durante toda la noche, el dispositivo de emergencia ha instalado bombonas de aire comprimido en las grutas para facilitar el rescate, ya que algunas cavidades han quedado inundadas y hay que sumergirse para pasar de una a otra. Algunas son tan angostas que apenas tienen un metro de ancho, destacando una especialmente peligrosa de solo 72 centímetros de ancho por 38 de alto. Una compleja operación, y más en grutas donde no se puede ver nada por el fango y hay fuertes corrientes, que despierta todos los temores por la corta edad de los muchachos, que solo tienen entre 11 y 16 años y han aprendido a nadar y bucear en los últimos días. Dando buena cuenta de la peligrosidad de este trayecto, un buzo pereció el viernes en una inmersión durante los preparativos del rescate.

Desmontando tales miedos, los cuatro primeros rescatados emergieron el domingo a la superficie. Si todo sale bien como dice el gobernador, este lunes se espera que lo haga el mismo número o más.

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