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ELECCIONES EN ITALIA

Gentiloni, la principal baza de la izquierda para ganar votos

Su moderación y estabilidad le han convertido en el político más popular

Paolo Gentiloni, durante un acto de campaña EFE
Ángel Gómez Fuentes

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«Es un líder antipopulista». Esta es sin duda la mejor definición que se ha dado del primer ministro, Paolo Gentiloni (Roma, 1954) , del Partido Democrático (PD). Representa todo lo contrario de los políticos que buscan palabras fuertes y eslóganes para estimular los instintos de la gente y crear temores. Hoy Paolo Gentiloni se ha convertido en el político clave de la centroizquierda italiana, el dirigente sobre el que el PD prefiere jugar sus cartas para remontar en las encuestas, porque es la cara más presentable que tiene, la más popular: la gestión de Paolo Gentiloni cuenta con el 48 % de apoyo entre la gente .

«Si pienso en Italia y en Europa, espero que Gentiloni salga reforzado con la coalición que lo sostiene», manifestó el miércoles uno de los fundadores del PD, Enrico Letta , que fue el primer ministro de esta legislatura, y se ha sumado al expresidente de la Comisión Europea, Romano Prodi , y al expresidente de la República, Giorgio Napolitano , grandes partidarios de Gentiloni.

Las armas del primer ministro son la moderación, la serenidad, la humildad y la estabilidad. Sobre estas palabras clave quiere convencer a los electores para que voten por la continuidad cuando acudan a las urnas el 4 de marzo. Su estilo lo ha definido él mismo en televisión: «En Roma me llaman “er moviola”, y yo me siento orgulloso de haber contribuido a serenar el clima , porque un país que pelea demasiado, que no tiene valores compartidos es un país en peligro», dijo el primer ministro. En romanesco, «er moviola» es un apodo para definir el liderazgo de Gentiloni, que no es precisamente dinámico, sino un estilo que él se ha impuesto: silencioso y de gran trabajo manteniéndose detrás de la escena.

Relevo de Rienzi

El exprimer ministro Romano Prodi da una definición sobre Gentiloni que lo contrapone a Matteo Renzi: «Paolo no es frío, es tranquilo». Tras el fracaso en el referéndum constitucional de diciembre 2016, Renzi se vio obligado a dimitir como primer ministro y designó como sucesor a Gentiloni, que era el titular de Asuntos Exteriores y siempre le ha sido fiel, pero con un estilo completamente opuesto.

En el 2014, nada más llegar a la jefatura de gobierno, Renzi anunció en Twitter: «Iremos a Europa y daremos un golpe sobre la mesa». Una estrategia que Gentiloni ha corregido: «Lo que hace mal a Italia es la retórica de dar golpes en la mesa, una expresión para consumo de los medios de comunicación, y después quizás en Europa nadie te hace caso».

La trayectoria de Gentiloni ha sido justamente la contraria a la de su antecesor. Conforme pasaba el tiempo en el Palazzo Chigi, sede del gobierno y residencia del primer ministro, más impopular se convertía Matteo Renzi, por causa de la crisis bancaria y la guerra interna dentro del PD, que acabó con la escisión del ala más izquierdista. El político que tantas esperanzas había suscitado en un país necesitado de reformas y de caras nuevas en la política –llegó anunciando una reforma importante cada mes, en marzo, en abril, en mayo, en junio…–, se hundía irremediablemente porque sus modos y tonos fueron demasiado arrogantes . Renzi terminó por caer antipático, lo que para un político quiere decir tener una carrera corta. Todo lo contrario es el caso de Gentiloni, que ha hecho de la seriedad y la sobriedad su marca más apreciada.

Con su serenidad de «moviola», Paolo Gentiloni ha logrado cerrar con éxito la legislatura y sus 15 meses al frente del gobierno: ayer el Instituto de estadística (Istat) certificaba que el 2017 fue un año bueno para el PIB (producto interno bruto), que aumentó el 1,5%, «un dato alentador» –destacó Gentiloni– el mejor desde el 2010.

La hipótesis de un nuevo encargo a Gentiloni por parte del presidente de la República, Sergio Mattarella , para que forme gobierno tiene posibilidades si el Partido Democrático logra un buen resultado en las urnas. En ese caso, el PD podría jugar, dentro de una gran coalición, la carta de la continuidad en la jefatura del gobierno. Gentiloni es su nombre más vendible. Frente a los populistas, la esperanza de Europa y de los mercados está en el tranquilo Paolo Gentiloni.

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