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Francia moviliza a miles de gendarmes para la celebración del centenario del Armisticio

El ministerio del Interior ha decidido poner en pie de guerra a todas las fuerzas de seguridad del Estado tras una sucesión de indicadores alarmantes

Angela Merkel y Emmanuel Macron celebran el Armisticio ABC / Vídeo: Histórica imagen de Macron y Merkel en el lugar del armisticio de 1918
Juan Pedro Quiñonero

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Cerca de 70 jefes de Estado y de Gobierno asisten hoy a la ceremonia conmemorativa del centenario del armisticio entre las Potencias Aliadas y Alemania de la Primera Guerra Mundial que se celebra en el Arco de Triunfo de París.

Hay más de 10.000 gendarmes, policías y anti disturbios «escoltan» a este más de medio centenar de jefes de Estado y gobierno, entre el Elíseo y el Arco del Triunfo , el monumento nacional elegido por Emmanuel Macron para hacer un elogio del multilateralismo diplomático, colofón a las celebraciones del centenario del Armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial.

El ministerio del Interior decidió poner en pie de guerra a todas las fuerzas de seguridad del Estado, tras una sucesión de indicadores alarmantes: intento fallido de agresión criminal contra el presidente de Francia, protagonizado por un grupúsculo de extrema derecha violenta; riesgos de «desbordamientos» de grupúsculos de extrema izquierda que «amenazaron» con manifestaciones violenta.

La presencia en París de la élite diplomática mundial, la reunión más importante desde las grandes manifestaciones del invierno de 2015, en solidaridad con la ola de atentados terroristas, aconsejaba medidas de seguridad excepcionales.

El Rey de España , Donald Trump , Angela Merkel , Vladimir Putin , Benjamin Netanyahu, Recep Tayyip Erdogan, Justin Trudeau, Mohammed VI, entre medio centenar largo de personalidades, fueron acogidos en el Elíseo, primero, a primera hora de la mañana, y ante el Arco del Triunfo, hacia las 11 de la mañana, por un maestro de ceremonias que ha orquestado la conmemoración del centenario del Armisticio con una doble aspiración: hacer pedagogía multilateral e intentar reafirmar el puesto de Francia y el suyo propio en la nueva sociedad de naciones.

Si la primera jornada de celebraciones, el sábado, tuvo un primer colofón agridulce, marcado por las tensiones Macron -Trump sobre el futuro de la defensa de Europa, la jornada del domingo aspiraba al ecumenismo, sembrado de ambigüedades.

Al pie del Arco del Triunfo, construido a mayor gloria de la epopeya militar napoleónica, Macron volvió a la carga con su visión personal del multilateralismo diplomático, que tiene casi tantas versiones como invitados de la gran «misa» (laica) celebrada como homenaje al Armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial , ante la tumba del soldado desconocido, que cada cual celebra desde su propia óptica nacional.

Donald Trump, siempre original, decidió no participar en el Foro de la Paz organizado por Macron, después de la comida, en el Elíseo, tras la ceremonia en el Arco del Triunfo. Vladimir Putin, por su parte, aceptó participar en el Foro de la Paz concebido por el presidente de Francia como tribuna que debiera reunirse cada año, bajo el «paraguas» de Naciones Unidas , foro multicultural canónico, donde cada cual expresa visiones propias del multiculturalismo, a geometría variable.

No todos los jefes de Estado y gobierno que participaron la noche del sábado en la gran cena del Museo de Orsay participaron el domingo en las ceremonias del Arco del triunfo, que tampoco fueron todos los mismos que desearon participar en el Foro de la Paz de la tarde del domingo. Esa participación a geometría variable en las ceremonias sugiere un entusiasmo igualmente variable ante la naturaleza de la celebración del Armisticio. Francia y Alemania, por ejemplo, no celebran la fecha con el mismo entusiasmo ni con el mismo énfasis, por razones sin duda históricas, que Marcel Proust , el más grande de los escritores franceses del siglo XX, ya resumió en una carta dirigida a Madame Strauss , fechada el 11 de noviembre de 1918: «Sea cual sea la alegría por esta inmensa victoria inesperada, lloramos a tantos muertos que una cierta forma de alegría quizá no sea la forma de celebración preferida».

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