La formación de Gobierno queda estancada en Suecia

Por la mañana, de regreso a Estocolmo, hizo una parada rápida para comprar un café en Kungsholmen y fue allí donde escuchó la entrevista radiofónica en la que el líder de los socialdemócratas, Stefan Lofven , tendía la manos a los conservadores para explorar la posibilidad de una gran coalición , llamando a los «partidos decentes» a un acuerdo que aísle a la ascendente extrema derecha de los Demócratas Suecos en el parlamento.

«Está claro que nadie logró la mayoría , por lo que es natural tener una cooperación entre bloques», dijo Lofven, «los votantes ya hicieron su elección, ahora nos corresponde a nosotros, los partidos decentes, esperar el resultado final y negociar y cooperar para hacer que Suecia avance de forma responsable».

Tras escuchar esas palabras, Kristersson llegó a su despacho y mantuvo una breve reunión con la directiva de su partido para valorarlas. La respuesta fue convocar una segunda reunión con los cuatro partidos de la Alianza conservadora tras la cual publicó en Instagram la foto del amigable encuentro, en la que todos aparecían sonriendo. «Encuentro hoy con mis colegas de la Alianza para debatir cómo vamos a llevar a Suecia adelante después de las elecciones. Conversación constructiva, pero queda mucho trabajo por hacer», escribía bajo la foto, «la Alianza buscará conjuntamente un mandato para formar un nuevo gobierno».

Los analistas suecos tradujeron unánimemente el mensaje como una negativa a la gran coalición que proponía Lofven unas horas antes y también unánimemente señalaban que la tradicional división en bloques de izquierda y derecha ha quedado abolida en Suecia, puesto que serán necesarios nuevos partidos que sumen escaños para cualquier formación de gobierno. Y en esas negociaciones pedía paso abiertamente el líder de los Demócratas Suecos, Jimmie Åkesson .

Åkesson invitó ayer públicamente a una reunión al moderado Kristersson y a la cristianodemócrata Ebba Busch Thor (KD). «Deseamos ser informados de qué posibilidades están explorando para formar gobierno y exigir que nuestro partido participe y decida en las negociaciones», declaró a la puerta de la sede de su partido, «lo más importante para mí es que el 18% de los votantes, que han optado por nosotros, sean tenidos en cuenta y obtengan una influencia en proporción a nuestro tamaño». Las dos invitaciones fueron enviadas por mensajería y ambas rechazadas en el plazo de pocas horas. «Las cartas han llegado y las agradecemos, pero la respuesta es no«, aclaró rápidamente la jefa de prensa de los moderados, Cherine Khalil.

Todo esto sucedía mientras desde diversas mesas electorales llegaban denuncias de irregularidades y varios medios informaban que afines a los Demócratas de Suecia se habían apostado en los colegios tomando nota con nombres y apellidos de quienes acudían a votar en cada distrito. El cardenal y obispo de Estocolmo, Anders Arborelius , hizo una llamada a que «sea el que sea el gobierno que salga de estas elecciones, respete los derechos de las minorías y las proteja».