Fondos Next Generation: el camino a un nuevo milagro económico

De todo ese dinero que conforma la hucha de los fondos Next Generation, España recibirá en seis años 140.000 millones entre transferencias directas y préstamos, con los que el país no solo aspira a recuperar sus niveles de actividad, sino a liderar una revolución económica y social que, si todo va según lo previsto, derivará en un nuevo modelo para afrontar futuras crisis en una posición mucho más holgada. «Es un momento único para generar un crecimiento a largo plazo mucho más intenso... si sabemos aplicar bien los fondos», explica Manuel Hidalgo, economista senior de ESADE.

Con algo de retraso, Bruselas ya ha entregado los primeros 9.000 millones de prefinanciación a España, el 13% de las transferencias previstas. Así que ahora hay que demostrar la capacidad de ejecución de unas inversiones que, para empezar, no nos saldrán gratis.

El país tendrá que ir cumpliendo con los hitos comprometidos en el Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia si quiere seguir recibiendo futuros desembolsos. Un total de 212 grandes inversiones y reformas. Y aquí está uno de los principales riesgos para convertir en realidad el milagro económico que desde hace meses anticipa el Gobierno con la llegada de estos recursos, que deben dirigir a la economía española hacia un modelo basado lo digital y la transición ecológica. «España no ha sido buena tradicionalmente ejecutando fondos europeos», reconoce Luis Socías, jefe de la oficina de proyectos europeos de la CEOE.

Es cierto. Según datos de la Comisión Europea, el país solo ha ejecutado un 43% del último presupuesto a largo plazo de la Unión (2014-2020), el porcentaje más bajo de todo el bloque. El Gobierno defiende que no habrá problema en este sentido, pero las cifras proporcionadas a este medio por el Ministerio de Hacienda siguen invitando a la prudencia: de los 24.200 millones de euros de los fondos Next Generation presupuestados para este año, el 41% ya está comprometido. Pero apenas se ha ejecutado el 18%del total. Y solo quedan tres meses para que finalice el ejercicio.

Noelle Cajigas, socia responsable de Mercados de KPMG, confía en que la velocidad de convocatoria para acceder a los proyectos se acelere de aquí a final de año. Sin embargo, no cree que ese ritmo sea suficiente para gastar todo lo previsto.

«Esto no supondría un grave problema, porque ese dinero no se pierde, se podría invertir en los en los años siguientes», explica la experta. Sin embargo, añade que eso solo sería posible «siempre que se cumplan las condiciones que exige la Unión Europea».

Con este telón de fondo, cumplir los plazos también será vital para alcanzar las previsiones económicas del Gobierno, con un crecimiento estimado del 6,5% para este año y del 7% para el siguiente, sobre la base de que se gastará todo lo presupuestado.

Pese a las recientes dudas en torno a este cuadro macroeconómico, el mensaje del Ejecutivo es de plena confianza. Desde el Ministerio de Economía recuerdan que ya se ha acordado la distribución de 7.464 millones de euros a las comunidades autónomas para inversiones destinadas a transición ecológica, vivienda, educación o sanidad. Y esta semana se ha pedido por carta a los presidentes autonómicos un listado concreto con los proyectos que consideren que van a generar mayor efecto tractor sobre la economía de sus territorios.

Pero, en la práctica, parece complicado que se pueda asumir todo el volumen de inversiones de aquí a final de año. Incluso aquellas previstas para el primer gran PERTE aprobado por el Consejo de Ministros:el del vehículo eléctrico y conectado. En estudio siguen el PERTE aereoespacial, el sanitario o el de la actividad agroalimentaria que, según detalló el pasado jueves la vicepresidenta y ministra de economía, Nadia Calviño, se irán desarrollando en los próximos meses.

Los expertos tienen claro que la correcta ejecución de los fondos es el principal riesgo de los próximos años. Sin embargo, se muestran optimistas ante la evidencia de que este es un tren que no se puede dejar escapar. «Creemos que la voluntad política detrás de este programa es muy decidida y todas las administraciones tienen claro que hay que evitar errores del pasado», indican desde KPMG. A partir de ahora, solo queda esperar para comprobar si esa voluntad es suficiente para desplegar con éxito esta inversión histórica.

Tras la llegada de los primeros 9.000 millones de euros en forma de prefinanciación, España recibirá otros 10.000 millones en diciembre. Apartir de entonces, los siguientes desembolsos llegarán de forma semestral, permitiendo que entre 2021 y 2023 se alcance el 80% de las transferencias previstas, con 18.000 millones el próximo año y otros 17.000 millones al siguiente.

Para ello, el Gobierno debe cumplir con sus compromisos de reformas e inversiones, por lo que resulta clave que el dinero empiece a fluir ya hacia proyectos concretos. Según confirman desde el Ministerio de Economía, las 25 manifestaciones de interés puestas en marcha para detectar dichos proyectos han recibido ya 18.000 propuestas. Tras esta acogida, ahora toca establecer el mapa que determine cuáles de ellos tendrán máxima prioridad.