La 'finlandización' de Ucrania: ¿posible salida al conflicto con Rusia o brindis al sol?
Uno de los temas que destacó Macron tras su encuentro con Putin era la propuesta sobre la 'finlandización' de Ucrania: acercamiento a la UE mientras se descarta su eventual entrada a la OTAN
Putin se niega a retirar las tropas de la frontera con Ucrania
F. J. C.
Más allá de la mesa ovalada de seis metros y el frío recibimiento, Emmanuel Macron trató de apaciguar al presidente ruso Vladimir Putin en su ambición expansionista en Ucrania y en lo que considera la 'esfera de influencia rusa'. Uno de los temas ... que destacó el líder francés ante la cohorte de periodistas que lo acompañaban en el avión era la propuesta sobre la 'finlandización' de Ucrania, que según el presidente galo, estuvo encima de la infinita y gélida mesa con la que recibió su homólogo en Moscú. En pocas palabras sería el acercamiento de Ucrania a la UE al tiempo que se descarta su eventual entrada en la Alianza Atlántica (OTAN).
«Vladimir Putin quiere un cambio profundo en la política de la OTAN», según recoge el diario francés 'Le Figaro' citando a Macron tras su reunión con el presidente ruso. Para Macron, «hay que encontrar una solución para que este espacio de seguridad que es la OTAN coexista con Rusia. Un elemento es la no pertenencia de Ucrania a la OTAN».
No es un concepto nuevo. Finlandización podría explicarse como una suerte de neutralidad forzada y que se remonta a la influencia de la extinta Unión Soviética en su vecina Finlandia, que firmó en 1947 un Acuerdo de Cooperación con la URSS por el que Helsinki se desprendió del 10 por ciento del territorio en el este en favor de los soviéticos. El país escandinavo, todavía hoy y si la escalada del conflicto no lo cambia, sigue fuera de la Alianza Atlántica -al contrario que los países bálticos y Polonia-, pese a su adhesión a la Unión Europea a mediados de los años noventa.
La salida finlandesa, sin embargo, no es una opción nueva para Ucrania. Ya con el Euromaidán y la guerra en el Donbass en 2014, figuras como el influyente exsecretario de Estado de EE.UU. Henry Kissinger sugirieron que la 'finlandización' de Ucrania podría ser una buena solución para el país: «A nivel internacional [Ucrania] debería adoptar una postura comparable a la de Finlandia. Esa nación no deja dudas sobre su independencia, coopera con Occidente en la mayoría de ámbitos, pero evita cuidadosamente la hostilidad institucional hacia Rusia», escribió Kissinger en el el Washington Post. Esto significaría que Kiev sería libre tanto para elegir su propio sistema político interno y como para asociarse económica y políticamente con Europa Occidental, siempre que renunciara a formar parte de la OTAN. Esto es, favorecer o al menos no estar en contra de los intereses del vecino poderoso, a pesar de no ser su aliado.
Finlandia y Ucrania, el día y la noche
En principio, el modelo finlandés no parece mal plan para Kiev, según destaca el académico británico Keir Giles en su Twitter: entrada en la UE, estado sólido y con una legislación anticorrupción sólida, cooperación con la OTAN, etc. Y pese a que elección tras elección Ucrania parece acercarse cada vez más a Occidente, el país sigue abogando por la neutralidad.
Sin embargo, no parece tan sencillo. Pese a que ambos países han lidiado durante generaciones con la sombría amenaza del vecino ruso, Finlandia y Ucrania presentan innumerables diferencias. En cuanto a población, cuenta con 44 millones de habitantes , ocho veces más que el país escandinavo con tan solo cinco millones y medio. Por contra, los ucranianos son mucho más pobres que los finlandeses: el PIB per cápita de Finlandia es cinco veces el de Ucrania. Y por supuesto en corrupción, Helsinki (en el segundo puesto con 88 puntos de 100) está en el podio de Transparencia Internacional mientras que Kiev se mantiene en el furgón de cola (el número 122 de 180 estados con una puntuación de 33) de la lista de países más corruptos del mundo.
En un análisis de 2014, el think tank ECFR ya señalaba el que quizá sea el principal obstáculo para que Ucrania pueda compararse al marco finlandés, país que sí forma parte de la UE. El estallido de las hostilidades no tuvo lugar por la entrada en la OTAN sino por el acercamiento progresivo al proyecto europeo mediante el Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea . «La estrategia del Kremlin no permite una Ucrania cercana a la OTAN, pero tampoco quiere que Ucrania esté más cerca de la UE, incluso si tratara de mantener relaciones estrechas también con Rusia. En el fondo, Moscú ni siquiera aprueba la idea de una Ucrania independiente», agregaba el análisis.
Aunque parece inviable a corto e incluso medio plazo, Macron sí busca una OTAN reformada, que colabore con Ucrania pero sin molestar al Kremlin. La última palabra, no obstante, no la tendrán ni ucranianos ni franceses, sino el presidente ruso Vladimir Putin. Por lo pronto, el portavoz del Kremlin Dimitri Peskov ha desmentido la promesa de no emprender nuevas maniobras militares, rebajando por tanto las pretensiones y el optimismo de Macron, a quien el Kremlin no lo considera un igual en las negociaciones. «Francia es miembro de la OTAN, pero París no la lidera. En esta Alianza, es un país muy diferente el que está a cargo. Entonces, ¿de qué acuerdos podemos hablar?», concluye.
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