IV CONGRESO DEL PCC
La gerontocracia cubana se consolida en el poder
José Machado Ventura, un histórico de la revolución, ha sido elegido «número dos» del partido. Fidel asiste a la clausura del congeso y es recibido con una larga ovación
MANUEL M. CASCANTE
En la apertura del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro había insistido en la necesidad de rejuvenecer su dirección. Su hermano Fidel bendijo la idea desde las páginas de «Granma». Pero, al final, todo quedó en palabras. Doce de los quince miembros ... del senil Buró Político repiten presencia en el organigrama: Raúl (80 años en junio) sustituye a Fidel como primer secretario, mientras que en el segundo peldaño de la cúpula queda otro histórico de la revolución, José Ramón Machado, de 81 años. Del resto, sólo dos —Esteban Lazo Hernández (67) y Miguel Díaz Canel (51)— cuentan menos de siete décadas de vida. La sangre nueva entra con cuentagotas en los mandos del partido único a través de tres incorporaciones: Mercedes López Acea (47), primera secretaria del Partido en La Habana; el ex ministro de Economía y Planificación, Marino Murillo Jorge (50), y su sucesor, Adel Izquierdo Rodríguez (65).
«Resulta imprescindible —subrayaba ayer Raúl Castro en la clausura del cónclave— rectificar errores y conformar... una visión de futuro» para «cambiar todo lo que debe ser cambiado, y lo primero que hay que cambiar es la mentalidad de quienes integran el partido, lo que será lo más difícil a enfrentar». Según el mandatario, el Secretariado (donde no se produce ningún cambio) y el Buró Político del Comité Central surgido de este congreso representan «el primer paso en un proceso gradual» de renovación y rejuvenecimiento de la cadena de cuadros políticos.
La sorpresa en el cierre del congreso la propició Fidel Castro, quien, liberado ya de cargos oficiales, apareció sin avisar en el Palacio de Convenciones de La Habana para recibir, ataviado con el ya clásico chándal, la ovación de los mil delegados puestos en pie. «Fidel es Fidel. No precisa cargo alguno para ocupar el lugar cimero en el presente y futuro de la patria. Mientras tenga fuerzas para hacerlo, y afortunadamente se encuentra en la plenitud de su pensamiento político, desde su modesta condición de militante del partido y soldado de las ideas continuará portando la lucha revolucionaria», dijo su hermano Raúl, quien ya ocupa oficialmente los más altos cargos del régimen.
«Reflexiones de Fidel»
En la última de sus «reflexiones», Fidel Castro reflexionaba ayer sobre su paso definitivo a la reserva. Lo hacía a partir del discurso inaugural del congreso, donde Raúl señaló como «recomendable» la limitación «a un máximo de dos períodos consecutivos de cinco años, el desempeño de los cargos políticos y estatales fundamentales». Fidel, después de medio siglo en el poder, asegura que «me agradó la idea. (...) Debo confesar que no me preocupé nunca por el tiempo que estaría ejerciendo el papel de presidente (...) Lo hice porque ya las ambiciones con relación a ese cargo estaban obstruyendo la lucha (y) fui casi obligado a ocupar el cargo en los meses iniciales de 1959».
Prietas las filas, el partido aprobó por unanimidad el plan de reformas económicas planteado por Raúl Castro donde prima la planificación estatal, pero se tendrán en cuenta «las tendencias del mercado». De este modo se abre la mano a «la inversión extranjera, las cooperativas, los agricultores pequeños, los usufructuarios, los arrendatarios, los trabajadores por cuenta propia y otras formas que pudieran surgir para contribuir a elevar la eficiencia», incluida la posibilidad de compra-venta y permuta de viviendas. Para «preservar» la revolución, esta tímida apertura a la iniciativa individual incluye la ampliación del trabajo privado, un masivo recorte de las plantillas de la Administración, mayor autonomía en la gestión de las empresas estatales y la eliminación de subsidios sociales.
En el cierre del congreso, el presidente dijo que asumía su «última tarea, con la firme convicción y compromiso de honor de que el primer secretario tiene como misión principal y sentido de su vida defender, preservar y seguir perfeccionando el socialismo y no permitir jamás el regreso del régimen capitalista».
Raúl Castro también leyó un mensaje de Hugo Chávez donde aseguraba que «el socialismo es la única vía para la salvación de la humanidad», sin olvidarse del «imperio yanqui (que) se ubica en un extremo de la historia y en el otro los pueblos que no descansaremos hasta lograr la paz y la igualdad».
Así las cosas, el exilio cubano en Miami denunció que las reformas económicas en Cuba son un mero «cambio de forma, pero no de fondo», que «no altera para nada la vida de los cubanos», a quienes se les niega el derecho al «enriquecimiento personal» al que sí tienen acceso los miembros de la cúpula del Partido. En declaraciones a Efe, Omar López, director de la Fundación Nacional Cubano-Americana, dijo que simplemente se «ha formalizado lo que ya sucedía», como la entrega de licencias para poder «vender aguacates, rellenar fosforeras o ejercer de costurero».
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