La familia Saboya pide perdón a los judíos italianos por las leyes fascistas que aprobó Mussolini

La carta la dirige a la comunidad judía pocos días antes de la Jornada de la Memoria, para no olvidar el Holocausto. Italia ha fijado por ley el 27 de enero como fecha para el recuerdo, día símbolo de la liberación de Auschwitz. «Les escribo a todos ustedes, hermanos de la Comunidad Judía italiana, para expresarles mi más sincera amistad y transmitirles todo mi afecto en el solemne Día de la Memoria –escribe Emanuele Filiberto, bisnieto del rey Vittorio Emmanuele III-. Les escribo con el corazón abierto una carta que ciertamente no es fácil, una carta que puede sorprender y que quizás no habían esperado . Pero sepan que para mí es muy importante y necesario, porque creo que, de una vez por todas, ha llegado el momento de reconciliarnos con la Historia y el pasado de la Familia, que hoy represento, en el nombre milenario de esa Casa Real que contribuyó decisivamente a la unificación de Italia, un nombre que llevo con orgullo».

En la carta leída en el telediario Tg5, Emanuele Filiberto explica que da este paso porque es su «deber» : «Condeno las leyes raciales de 1938, de las que todavía siento todo el peso sobre mis hombros y conmigo toda la Casa Real de Saboya. Me disocio firmemente de ese documento sombra indeleble para mi familia». Después, Emanuele Filiberto precisa: «Quiero que la historia no se borre y no se olvide . Las víctimas del Holocausto nunca deben ser olvidadas». El heredero de la dinastía Saboya recuerda en su carta a los seis millones de judíos muertos «a manos de la locura nazi-fascista, de los cuales 7.500 son nuestros hermanos italianos. Es en memoria de esas víctimas sagradas - añade- que hoy quiero pedir perdón».

Aparte de los muertos, nadie puede olvidar las terribles consecuencias de las leyes raciales : profesores y estudiantes judíos fueron expulsados de la escuela y de las universidades, al igual que los intelectuales fueron echados de las academias más prestigiosas con la complicidad de la clase culta, los magistrados destituidos de su servicio, los empleados públicos se quedaron sin empleo, se les expropiaron tierras y empresas. Las familias judías fueron destruidas moral y materialmente.