Los expertos temen que reabrir EE.UU. antes de tiempo desate «un brote incontrolable» de coronavirus

Fauci fue este martes la estrella de la comparecencia de expertos médicos ante el Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado. En medio del levantamiento generalizado de restricciones en EE.UU., con más de la mitad de los estados en proceso de reapertura y la mayoría en ciernes, el experto puso una nota de contraste con los mensajes que difunden Trump y buena parte de sus aliados republicanos.

También comparecieron el vicesecretario de salud, el almirante Brett Giroir; el comisario de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en sus siglas en inglés), Stephen Hahn, y el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), Robert Redfield. Este último reconoció que, en la epidemia en EE.UU., «aún no estamos a salvo».

«Las consecuencias pueden ser muy serias», advirtió Fauci sobre la reactivación de los estados sin que sea clara su capacidad de hacer frente a nuevos rebrotes. El grupo de trabajo de coronavirus de la Casa Blanca, del que forma parte Fauci, ha establecido parámetros para la reapertura paulatina de los estados: disminución sostenida de casos y hospitalizaciones, existencia de una infraestructura hospitalaria robusta y capacidad para hacer test generalizados y seguimiento de contagios. En muchos de los casos, esos parámetros no se cumplen.

Sin embargo, Trump ha hecho hincapié en la necesidad de avanzar en lo que ha bautizado como la «transición a la grandeza». En una retahíla de mensajes en Twitter, Trump defendió este martes que la epidemia decrece «en la mayor parte de nuestro país, que quiere abrir y volver a funcionar. Está ocurriendo, ¡y de forma segura!».

El mensaje principal de Fauci difirió de ese optimismo: «Hay un riesgo real de que se provoque un brote que no se pueda controlar», advirtió el experto. «Lo que, de forma paradójica, te retrasará todavía más, no solo con la consecuencia de sufrimiento y muerte que podrían haber sido evitados, pero también retrasarte en el camino de la recuperación económica».

El experto reconoció ante preguntas de los legisladores que la epidemia «no está completamente bajo control», que hay descensos de casos en algunas partes -como Nueva York, el epicentro -, pero que despunta en otras y que, como ha dicho en otras ocasiones, una segunda oleada será «inevitable», aunque tiene la esperanza de que, para entonces, haya un buen sistema de test y de rastreo de casos.

Precisamente, el despliegue de un programa generalizado de test fue uno de los puntos más calientes de la sesión y una de las armas arrojadizas de los senadores demócratas contra Trump.

Trump ha defendido hasta la saciedad que el programa de test de EE.UU. es irreprochable. «Nuestra realización de test es la mejor del mundo, ¡con diferencia!», aseguraba este mismo martes en Twitter. Giroir insistió en la comparecencia que EE.UU. ha hecho más test que nadie y que el número de pruebas por capita duplica al de Corea del Sur, un país que se cita de forma habitual como ejemplo de respuesta al coronavirus.

Trump y Giroir olvidan que varios países tienen niveles muy superiores de test per capita -Dinamarca, por ejemplo, lo duplica- y que Corea del Sur desplegó un programa de masivo de test al comienzo de la epidemia, mientras EEUU. ignoró su gravedad, como recordó el demócrata Tim K aine. «En marzo, el mes crítico, Corea del Sur hizo cuarenta veces más test que nosotros», dijo Kaine, que dudó de las proyecciones de 50 millones de test en septiembre que hizo Giroir: «Ayer hicimos poco más de 300.000». Incluso un senador republicano, Mitt Romney , uno de los pocos conservadores que se han enfrentado a Trump, aseguró que, sobre los test, y ante el número de víctimas en EE.UU., «no hay nada que celebrar».

EE.UU. es el país más afectado del mundo, con más de 1,3 millones de contagios y más de 80.000 fallecidos . Fauci reconoció que es probable que la cifra de muertes reales sea superior en estos momentos y citó el caso de Nueva York, donde mucha gente murió en sus casas sin que se le hiciera la prueba de coronavirus.

Su intercambio más caliente, sin embargo, fue con un legislador republicano, Paul Rand , un aliado ferviente de Trump. Rand defendió que fuera de algunos estados del noreste de EE.UU. la epidemia ha sido «benigna», y abogó por la reapertura económica y la vuelta al colegio en otoño.

También espetó a Fauci que su opinión no es la única que vale. El experto respondió que él solo da recomendaciones basadas en la ciencia y que, con respecto al virus, «debemos tener mucho cuidado, en particular con lo que tiene que ver con los niños», en referencia al aumento de casos de menores con problemas inflamatorios relacionados con el coronavirus.