Europa avanza a pesar de todo

Una Europa atlántica pero fuerte económicamente, políticamente y moralmente puede ser una clave importante de un renacimiento que se necesita cada día más

Banderas de la Unión Europea. Reuters

Europa es una comunidad de Derecho basada en t ratados entre países soberanos que en una alianza económica y política han decidido delegar una parte de su soberanía.

Europa ha llegado paulatinamente desde los seis países fundadores - Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los ... Países Bajos - hasta los 27.

Los órganos europeos institucionales prepuestos son el Consejo Europeo, el Consejo de la Unión, la Comisión Europea y el Parlamento. A estos se añaden el Tribunal de Justicia de la Unión, el Tribunal de Cuentas y el Banco Central.

El Consejo Europeo , compuesto por los 27 jefes de Estado, orienta la política general y las prioridades de la Unión Europea.

El Consejo de la Unión, en el cuál se sientan los ministros de los 27, adopta decisiones sobre la legislación europea de forma conjunta con el Parlamento Europeo.

La Comisión Europea gestiona las políticas de la Unión Europea, con excepción de la política exterior y de seguridad común (PESC, que es competencia del Alto Representante de la PESC, vicepresidente de la Comisión Europea) y del presupuesto de la UE. Propone nuevas leyes, que son estudiadas y adoptadas por el Parlamento Europeo y por el Consejo de la Unión, y vela sobre la correcta aplicación del Derecho de la Unión.

El Parlamento , elegido directamente por los ciudadanos europeos, toma decisiones sobre la legislación europea junto con el Consejo de la Unión Europea y también aprueba el presupuesto de la Unión.

Las delegas de los Estados a las instituciones europeas no son totales y sobre las más importantes, como la política exterior, la seguridad común, la fiscalidad, la cooperación entre policías y la adhesión de nuevos miembros, las decisiones pueden ser tomadas solo después de ser votadas por unanimidad de los 27 jefes de Estado del Consejo Europeo.

La complejidad reglamentaria de la progresiva adhesión a la Unión de nuevos miembros ha hecho que actualmente solo 19 estados de los 27 tengan el Euro como moneda común.

Europa se basa sobre tratados fundacionales firmados por los Países miembros. El Tratado de funcionamiento de la UE (1957) y el Tratado de la Unión Europea , (1992) y el más reciente Tratado de Lisboa (2007).

Los tratados, obviamente, se pueden cambiar, pero solo con la unanimidad de los 27 en el Consejo Europeo. A pesar de esta complejidad, las recientes respuestas unitarias europeas han sido hasta ahora francamente sorprendentes.

Europa esta vez ha superado de manera inesperada las dificultades consecuencia del diseño original comunitario y de su reglamento y ha tomado decisiones rápidas y unitarias.

Casi un milagro considerando los distintos intereses y las diversas situaciones político-económicas de los países que complican las negociaciones, que pueden suponer por parte de algunos miembros una forma de chantaje con el objetivo de conseguir otras ventajas y normalmente ralentizan las decisiones.

El esfuerzo que Europa esta haciendo para ser un sujeto no solo económico sino también político es sin dudas importante.

Además, la Unión está configurando, aunque a medio/largo plazo, una ulterior expansión a otros países que, a causa de la invasión rusa de Ucrania, han pedido la adhesión.

La pregunta es: ¿Una Europa sin Constitución y así estructurada puede tener la aspiración política de jugar un papel más relevante en el panorama mundial, no solo por su tamaño económico? Si no puede, ¿qué pasos tendría que dar? ¿Sería capaz de darse una Constitución Federal?

Se habla mucho del freno por el principio de la unanimidad en las decisiones. ¿Se podría, por ejemplo, cambiar este principio? ¿Es el momento de cambiarlo y es oportuno hacerlo ahora? ¿Las instituciones europeas están en condiciones de hacerlo? ¿En particular, los países más relevantes tienen la fuerza de convencer a los otros miembros?

¿Puede la situación de necesidad por la crisis económica, energética y de seguridad de las fronteras junto al sentimiento de que estar unidos contra las amenazas, ser el mejor momento para modificar los tratados y avanzar hacia una Europa Política?

Yo espero que Europa avance y creo que, a pesar de todos sus defectos y complejidades, puede y tiene que hacer un paso adelante hacia una Unión Política más fuerte que la convierta en una Unión capaz de expresar liderazgo. ¡Es el momento!

Europa, haciendo hincapié en su cultura humanista, es el lugar más respetuoso de los Derecho Humanos y donde hay más sensibilidad social a pesar de las varias crisis que ha afrontado y afronta.

Una Europa atlántica pero fuerte económicamente, políticamente y moralmente puede ser una clave importante de un renacimiento que se necesita cada día más.

Europa, cuna de la cultura, de la democracia y de los derechos es, según mi opinión, la bandera de la libertad y del progreso. Todos valores que aunque en la diversidades históricas tendrían que representar el sello de identidad y orgullo de todos los europeos.

Espero una Europa abierta, no autoreferida, que supere los populismos y en las graves dificultades actuales, encuentre la fuerza y la razón de avanzar políticamente para crecer y difundir sus valores.

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