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Escándalo por la condecoración de los legisladores de Tucumán

Una medalla costeada por los propios interesados inmortalizará a los ocupantes de los escaños del Legislativo de una provincia conocida por su índice de desnutrición

BUENOS AIRES. Los políticos argentinos no defraudan. Principal sostén informativo de los medios de comunicación, el último episodio de una serie interminable de sobornos, engañifas y discursos falaces, lo protagonizan esta semana los legisladores de Tucumán (noroeste del país). La provincia, hoy mundialmente conocida por su índice de desnutrición y defunción infantil, se ha desayunado con la autocondecoración de sus cincuenta legisladores provinciales. Una medalla per cápita (costeada por los interesados) inmortalizará, con nombres y apellidos, a los ocupantes de unos escaños sin méritos públicos que reconocer.

«Es un hecho absolutamente inoportuno e innecesario frente a la crisis de Tucumán. Es un agravio y una bofetada a la gente. Si este tipo de decisión se consuma será una burla para todo el país». Julio Díaz Lozano, legislador del oficialista Partido Justicialista, se apartó de una iniciativa que ha sido ampliamente criticada en los medios de comunicación. «Es cierto que, según dicen, ellos mismos van a pagar las medallas. La más barata cuesta unos trescientos dólares. Tal y como se encuentra el país, ¿no les da vergüenza?», se preguntaba el martes el presentador del noticiero de Telenoche, uno de los mayor audiencia.

Tucumán está en bancarrota, adeuda el equivalente a tres presupuestos y tiene un déficit de más de 28,5 millones de euros al año. La moneda nacional, el peso, es prácticamente inexistente. La población opera con bonos locales y la desnutrición hace estragos ante la impasividad de un sistema ineficaz y corrupto. «Chiche» de Duhalde, la mujer del actual presidente, protagonizó el mes pasado el denominado «operativo rescate», un intento infructuoso, y por demás politizado, para paliar la situación.

Los medios locales recuerdan el escándalo desatado hace dos años cuando se descubrió que casi todos los miembros del parlamento provincial cobraban sueldos en negro que rondaban los 20.000 pesos (por entonces equivalente a otros tanto dólares).

El Legislativo tucumano volvió a ser motivo de escándalo cuando salió a la luz que 27 legisladores habían cobrado «coimas» (sobornos) del Ejecutivo para sancionar la ley de reforma de la Constitución del distrito. «Resulta irrisorio e irritante para la ciudadanía de Tucumán (la entrega de las medallas) porque es una legislatura en la que está denunciada la mayoría de sus miembros por haber sido comprados para votar la Constitución de la provincia», dijo Pablo Walter, legislador de Fuerza Republicana.

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