MONNET & CO.
El envite italiano
Es la comodidad y el ventajismo de hacer política contra un enemigo externo
Por primera vez la Comisión Europea ha rechazado el borrador de presupuesto de un socio del euro y le ha pedido un nuevo borrador en tres semanas. El gobierno populista de Roma ha respondido a través de su hombre fuerte, Matteo Salvini, con todo tipo ... de protestas y negativas. Pero el ministro de Economía, Giovanni Tria, y otros miembros del gabinete con experiencia europea maniobran para rectificar unas cuentas formuladas abiertamente en contra de las directrices de Bruselas. La rotura de la disciplina fiscal tiene lugar en un momento todavía delicado, cuando la hoja de ruta que rediseña la moneda común no ha sido completada. La estrategia de la coalición Liga-Cinco Estrellas es el victimismo, propio de todo movimiento nacionalista: si al final se aprueban a medias sus planes y pueden subir el gasto, ganan. Da igual que sus objetivos no sean invertir en sectores de futuro de la economía italiana, sino aumentar los subsidios al desempleo y hacer más fácil jubilarse. Si, por el contrario, tienen que olvidarse de su carta a los Reyes Magos, también triunfan, porque se presentarán como víctimas de los mercados y de una elite comunitaria que castiga al pueblo. Es la comodidad y el ventajismo de hacer política contra un enemigo externo que siempre es culpable de todo. Con la prima de riesgo italiana en ascenso, la deuda pública por las nubes y un sistema bancario parcheado con medidas heterodoxas, es de esperar que el desafío italiano y su posible contagio no tengan mucho recorrido. Una consecuencia negativa para todos es que el gobierno de Ángela Merkel va a ser aún más reticente en el Consejo Europeo de diciembre a la hora de completar la Unión Bancaria y definir una Unión Fiscal que tenga en cuenta los intereses de los países deudores. La canciller bastante tiene con sobrevivir a los malos resultados electorales en distintas elecciones regionales y este envite de Roma le refuerza. El gobierno italiano se dispara así en el pie, al restar capacidad política a la UE para hacer sostenible al euro frente a una nueva crisis financiera.