Emiratos, posible salida de Mubarak

El paradero del ya ex presidente de Egipto es una incógnita inmensa. Como su fortuna, porque a pesar de que Suiza ha congelado sus cuentas y las de toda su familia —nueras y cuñado incluidos—, algo ayudarán sus abultadas inversiones en otros paraísos fiscales europeos y sus exclusivo imperio inmobiliario. Al «faraón» le espera un retiro amargo, pero de oro. Siempre que no prosperen las causas por crímenes y por el saqueo del Estado que opositores y grupos ciudadanos ansían interponer contra él.

Según el diario kuwaití «Al Qabas», al que hasta antes de ayer era el jefe del Estado egipcio le preocupa, y mucho, la Justicia. El rotativo desvelaba el sábado que las autoridades de los emiratos «están preparadas para aceptar a Mubarak en un palacio de la ciudad de Al Ain (Abu Dhabi)», y que han acordado en él proporcionarle ayuda en dos áreas: garantizar que su familia no será legalmente perseguida y que sus propiedades personales no serán confiscadas.

Los cálculos sobre el dinero que los Mubarak podrían haber amasado durante estos 30 años van desde cifras exageradas de entre 40.000 y 70.000 millones de dólares hasta las más discretas de última hora, que sitúan su capital en 5.000 millones. Un informe publicado en 2006 bajo el título «Corrupción en Egipto: la nube negra no se disipa», aseguraba que el patrimonio procede principalmente de las comisiones de entre el 5 y el 2 por ciento que su hijo Gamal ha recibido de «todas y cada una de las compañías» que han hecho negocios en el país. Las últimas pistas sobre este «yuppie» se pierden en un supuesto traslado a Londres.