Elliott Abrams: «Zapatero ha acabado en un grupo en el que no hay una sola democracia»

¿Desde el punto de vista de Estados Unidos, cuál es la situación actual en Venezuela después de la votación del domingo?

Hay un esfuerzo de Maduro por tomar el control de la última parte del gobierno que no controla: la Asamblea Nacional. Tenía el control de la presidencia, la Corte Suprema y la Comisión Electoral, pero no de la Asamblea Nacional. Y ahora intenta robárselo en unas elecciones que todo el mundo ha reconocido que fueron fraudulentas. No hay duda de lo que pasó en Venezuela.

¿Hay algún plan de Estados Unidos para combatir este intento de crear una Asamblea Nacional paralela?

Creo que la situación después del 5 de enero no será muy diferente de la situación actual. Fueron elecciones fraudulentas, completamente ilegítimas, y no serán reconocidas. Entonces, en nuestra opinión, la última institución democrática es la Asamblea Nacional tal y como fue elegida en 2015. Y hasta que haya una elección libre, sigue existiendo constitucionalmente. Mantendrá su existencia hasta que haya una elección libre. Seguiremos reconociéndola. Y, obviamente, la Asamblea Nacional tiene derecho a elegir a su presidente, que ahora mismo es Juan Guaidó. Desde nuestro punto de vista, constitucionalmente sigue siendo el presidente interino de Venezuela.

¿Ha estado aumentando el régimen la exportación de droga?

Ha habido un incremento bastante continuado desde hace varios años. Yo diría que si miras la cantidad de vuelos que vienen al norte desde Venezuela hacia los EE.UU., por Colombia, y aviones pequeños que vuelan a Centroamérica y al Caribe, y luego de allí las drogas van al país norteamericano, eso ha ido en aumento desde hace varios años. El régimen, por supuesto, está tratando de obtener ingresos. Y ciertamente también ha habido un crecimiento en la cantidad de extracción de oro en Venezuela en los últimos años. Estos son solo esfuerzos para compensar las sanciones de EE.UU., encontrando nuevas vías de ingresos. Y el ELN y las FARC [guerrillas colombianas] son muy activos en la parte occidental. En realidad, no solo en el oeste de Venezuela… en toda la nación.

Desde su posición como enviado especial para Irán, ¿cuál es el nivel de injerencia de la República Islámica en Venezuela?

Ciertamente está aumentando si se compara 2020 con hace uno, dos, tres o cuatro años. En parte es por un motivo comercial o debería decir en apariencia comercial. El supermercado de grandes almacenes Megasis es en realidad propiedad de la Guardia Revolucionaria, y creo que veremos una expansión de sus actividades. También está claramente creciendo el comercio del petróleo que va de Venezuela a Irán, aunque obviamente no necesitan el crudo. Lo venden en Asia y, luego, venden gasolina a Venezuela. Hemos sacado a todos los demás de ese negocio excepto al país persa. Así que no hay barcos griegos, por ejemplo, involucrados en esto. Ahora, hay de bandera y propiedad iraníes haciéndolo. Y, obviamente, es una ventaja para ambas partes porque Maduro necesita gasolina, y Teherán quiere cualquier ingreso que pueda obtener, particularmente oro.

¿Significa esto una eliminación completa de la interferencia rusa que estábamos viendo antes?

Si miras el número de militares rusos que hay en Venezuela, digamos 150 o 200, puede ser un poco menos, o tal vez un poco más, pero eso realmente no ha cambiado en el último año. Si lo miras económicamente, no hay nueva actividad económica de China. No hay nuevos préstamos o inversiones rusas. No hay dinero chino nuevo en Venezuela.

Y militarmente, ¿hay apoyo ruso?

Sí. Los rusos están ahí principalmente, diría yo, para labores de entrenamiento y la rehabilitación de equipos. Ellos tienen helicópteros rusos de alta gama, y aviones rusos, pero ¿cuántos de ellos pueden volar? Creo que una de las cosas que están haciendo es ayudar a que sigan funcionando.

¿Qué puede hacer la comunidad internacional, especialmente la Unión Europea, en este momento para evitar que Maduro se haga con la Asamblea Nacional?

Creo que un par de cosas. Primero, creo que está la cuestión del reconocimiento. Los países miembros de la UE han dicho que estas elecciones fueron fraudulentas y no las reconocerán. Para nosotros, el siguiente paso lógico es decir que continuarán reconociendo a la Asamblea Nacional elegida en 2015 hasta que haya elecciones libres. Creo que es útil para ellos dar ese paso y decirlo abiertamente. En segundo lugar, están las sanciones individuales. La UE puede identificar a personas dentro del régimen que están involucradas en las elecciones fraudulentas. Creo que lo van a hacer. Hasta ahora, EE.UU. y Canadá han sancionado a más personas, muchas más, que Europa. Sería útil imponer más penas. Sigue siendo cierto que demasiadas personas del régimen tienen casas, dinero, cuentas bancarias y familias, esposas y amantes libremente por Europa. Y eso no debería permitirse.

Vimos este último domingo a Maduro rodeándose de algunos expresidentes y primeros ministros, como Evo Morales o José Luis Rodríguez Zapatero. Este último pidió a la UE que levante sanciones.

Casi 60 democracias de todo el mundo han dicho que estas elecciones fueron completamente fraudulentas. Es sabido que se le pidió a la UE que las reconociera y mandara observadores, y se negó. ¿Qué países mandaron observadores? Cuba, Rusia e Irán. Ese es el grupo en el que se ha metido Zapatero, en el que no hay ninguna democracia latinoamericana o europea, porque no mandaron verificadores a estas elecciones. Él sí fue a estas elecciones. Así que ha acabado en el bloque de Rusia, Irán, Cuba y Evo Morales. Si quiere permanecer ahí, está bien. Claramente, ese es su grupo. Es vergonzoso.

Zapatero dijo que las sanciones de EE.UU. son responsables de la crisis.

Hace unos 10 días, Médicos Sin Fronteras salió de Venezuela. Dijo que ya no puede operar en este país porque el régimen lo hace imposible. ¡Eso no tiene nada que ver con las sanciones estadounidenses! Hay hambre generalizada en este territorio, tanto que el Programa Mundial de Alimentos no puede operar allí. Hace unos meses se hizo un acuerdo entre el régimen y la Asamblea Nacional para llevar 21 máquinas de prueba de Covid a Venezuela, y el régimen se las robó todas. No sabemos dónde están. El problema de que no haya más trabajo humanitario en Venezuela es que el régimen hace casi imposible que las ONG y las agencias internacionales trabajen libre e independientemente. El régimen utiliza su propio programa de alimentos, el cooperativo, como una forma de control social y político, según Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, dijo en su informe el año pasado. Cabe recordar que, justo antes de las elecciones, el fin de semana pasado en la televisión, Diosdado Cabello dijo «si no vota, no come». ¡Ese es el problema, no las sanciones!

Hablando del fraude en el programa de alimentos, ¿sabe algo de Hugo Carvajal, que salió de Venezuela y está en paradero desconocido?

No, no sé dónde está. Es un nombre que no he escuchado en meses.

Por último, ¿le preocupa que haya algún cambio de política en una próxima administración de EE.UU.?

Hemos tenido una política bipartidista y obviamente me gustaría verla continuar. Déjeme recordarle el momento en que Juan Guaidó fue invitado al discurso del Estado de la Unión este mismo año, y todos se levantaron a aplaudirle, demócratas y republicanos. Espero que la situación continúe esencialmente como está ahora. Ha habido muy pocas declaraciones del señor Biden sobre Venezuela, pero las que se hicieron durante la campaña fueron muy duras. Así que tengo la esperanza de que sigamos viendo la misma estrategia.