Las elecciones rusas en Crimea atizan el enfrentamiento con Ucrania

Hace una semana, el presidente ucraniano, Piotr Poroshenko, ordenó comunicar a Rusia que no habrá facilidades para que los rusos residentes en Ucrania puedan acudir a depositar el voto en las representaciones diplomáticas como se ha hecho siempre. El punto de discordia es Crimea , territorio que Moscú considera ahora suyo y, por tanto, «con el derecho y el deber », según el Kremlin, a participar en los comicios .

El pasado 8 de septiembre, la Rada Suprema (Parlamento ucraniano) instó a la comunidad internacional a no reconocer las elecciones en Crimea y a abstenerse de enviar observadores para supervisarlas. De hecho, la OSCE, que ha mandado una delegación a Rusia para los comicios de hoy, ha evitado enviar a nadie a la península anexionada.

El Departamento de Estado norteamericano calificó el jueves de «ilegítimas» los comicios legislativos rusos en Crimea. En este contexto, una veintena de activistas atacaron el viernes por la noche el edificio de la embajada rusa en Kiev utilizando petardos, fuegos artificiales y un bote de humo .

Lo sucedido causó ayer la indignación del Gobierno ruso, cuyo Ministerio de Exteriores emitió una nota verbal acusando a las autoridades ucranianas de inacción e instándolas a garantizar la seguridad de la legación diplomática rusa. Al parecer, el edificio de la embajada, en donde hoy está previsto que funcione una mesa electoral, sufrió daños.

Sin embargo, el primer ministro ucraniano, Vladímir Groisman, respondió advirtiendo que no habrá ninguna protección especial con motivo de las elecciones . Según sus palabras, «no protegeremos el proceso electoral de Rusia (...) las fuerzas de seguridad realizarán su trabajo según el esquema habitual», sin ningún mecanismo de protección adicional.