La oposición se ampara en una alta participación para hacer frente al anuncio de victoria del chavismo

Pese a la victoria anunciada por el chavismo , la jornada se presentaba a priori favorable a los intereses de la oposición por una alta participación, de más de un 60% de los más de 18 millones de electores que estaban inscritos para votar, según proyecciones preliminares aportadas a ABC por Liliana Hernandez, coordinadora electoral de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ante el Consejo Nacional Electoral (CNE). Se trata de un porcentaje alto, teniendo en cuenta que en elecciones regionales anteriores la participación no pasó del 50% .

Después de retrasos de horas en la constitución de buena parte de las mesas, a media jornada se veían largas colas para depositar la papeleta en los 13.550 colegios establecidos , de los cuales 278 fueron cambiados de dirección en vísperas de la votación por el oficialismo para confundir a 715.000 electores en bastiones de la oposición y reducir así el triunfo de sus candidatos que auguraban las encuestas.

La reubicación de estos centros de votación , que impuso ilegalmente el CNE cuatro días antes del domingo, fue cuestionado por la MUD, que acusa al régimen de copiar la táctica nicaragüense del «ratón loco», que consiste en mudar los colegios electorales y amedrentar a los votantes. Sin embargo, no llegó a tener el efecto esperado porque los electores ya estaban prevenidos de la triquiñuela.

La MUD reaccionó con rapidez, informando de la irregularidad y poniendo en marcha una logística para trasladar en autobuses a los 715.000 electores afectados por la táctica nicaragüense.

Además de ser inconstitucional, la reubicación de los centros de votación sin consulta previa no aparece en la página web del CNE, por lo que esa irregularidad no existe oficialmente, mientras que en las listas que se entregó a los partidos políticos sí aparece la migración.

Uno de los afectados fue Antoni Martínez, de 47 años, que declaró a ABC: « No pensaba venir a votar , pero cuando vi la arbitrariedad de reubicar los centros de votación, entonces me decidí participar». Este votante se mostró «sumamente indignado» con los chavistas, que a su juicio han causado un efecto «bumerán» y sus argucias se les «han vuelto en contra».

«No me importa la reubicación, esta elección es el referéndum revocatorio que nos quitaron el año pasado. Yo voto donde sea para sacarme a Maduro de encima», afirmaba otro de los afectados, José Rafael Mendoza, de 64 años, en este caso votante en el colegio Schontal de los Palos Grandes, cuyos 10.000 electores fueron cambiados a la Unefa (Universidad de las Fuerzas Armadas) en Chuo, a ocho kilómetros de distancia.

En el autobús fletado por la oposición que trasladaba a los votantes del colegio Schontal a la Unefa el ambiente era festivo. Héctor La Rosa, de 50 años, se mostraba convencido de que «es mentira que el CNE quería enviarnos a sitios más seguros». «En nuestro centro el 95% vota por la oposición y somos la mayoría», explicó.

A bordo de ese mismo vehículo, Teresa Villasmil, de 80 años, dijo sentirse feliz porque por fin iba a votar, pero también se confesaba «arrechísima» (muy enfadada) por la reubicación. «Yo voy adonde me digan para votar, pero me enfurece ver a tantos chavistas cínicos y maleantes pisoteando nuestros derechos», señaló.

El gobernador saliente de Miranda, Henrique Capriles, estaba seguro de que traspasaría el cargo al candidato Carlos Ocariz, también opositor. Tras votar dijo que el pueblo acudía a las urnas a expresar «su sentido de cambio». «Hoy es un día para premiar o castigar con el voto. Estamos seguros que la convicción del pueblo venezolano es más grande que cualquier obstáculo», señaló. Capriles añadió: «No nos van a poner de rodillas».