EE.UU. se precipita hacia un peligroso impago de la deuda

Si las negociaciones encallan, es muy probable que en la medianoche del viernes, ya 1 de octubre y por lo tanto nuevo ejercicio fiscal, el Gobierno federal deba cerrar, como ya hizo durante 35 días entre 2018 y 2019 durante la Administración de Donald Trump . Tanto demócratas como republicanos dicen que quieren evitar un cierre, que implica congelar servicios básicos y dejar de pagar a cientos de miles de funcionarios, pero con las elecciones parciales a un año, los dos grandes partidos son reacios a hacer concesiones.

La presidenta de la Cámara de Representantes, o baja, Nancy Pelosi, pospuso del lunes al jueves, último día del ejercicio fiscal, una votación sobre el paquete de infraestructuras que ya fue aprobado con el apoyo mayoritario de ambos partidos en el Senado. Sin embargo, el ala izquierda demócrata se niega a votar a favor si el Senado no da garantías de que aprobara el paquete de gasto social de 3,5 billones. Los republicanos se oponen.

Biden propone pagar esos programas sociales, que incluyen mejoras al sistema sanitario, aumentando impuestos a quienes ganen más de 400.000 dólares al año o a las empresas que ingresen más de cinco millones por ejercicio fiscal.

La mayoría de los demócratas en el Capitolio es mínima. En la Cámara sólo tienen ocho escaños más que los republicanos, de un total de 435. En el Senado cada partido tiene 50 escaños, y la vicepresidenta, Kamala Harris, goza del voto de desempate. Pero para aprobar leyes en esa Cámara Alta se necesita en realidad el ansiado consenso: 60 votos. Es decir que 10 republicanos se unan a los demócratas. Existe un mecanismo para sortear ese requerimiento, pero los demócratas quieren evitarlo y ganarse algún voto republicano.

Después está la financiación de las arcas públicas federales, que expira el 31 de septiembre. Los demócratas quieren ligar esa financiación a un aumento del techo de gasto. El Departamento del Tesoro estima que si no se amplía el techo de gasto, el Gobierno federal de EE.UU. puede dejar de pagar a sus acreedores, que son muchos, en algún momento de octubre. A fecha de hoy la deuda pública del país asciende a 28.427 billones de dólares . Es más de un 130% de su Producto Interior Bruto.

Cierres del Gobierno federal ha habido muchos. Suspensión de pagos por desacuerdo sobre el techo de gasto, casi ninguno -hubo un episodio de impago de 1979 que se atribuyó a un problema técnico- y que sucediera sería realmente devastador.

Moody’s Analytics ha vaticinado que no aumentar el techo de gasto en plena pandemia le costaría a la economía estadounidense hasta 6 millones de puestos de trabajo , provocaría pérdidas de 15 billones de dólares y haría que la tasa de desempleo aumentara a aproximadamente el 9%, del 5,2% actual. La deuda pública aumentó ocho billones con Donald Trump, pero los republicanos no quieren permitirle a Biden y los demócratas aumentar ese límite de endeudamiento, lo que pone trabas a sus planes de gasto social.

Los republicanos ven en estos votos la posibilidad de infligirle aún más daño a Biden y los demócratas, después de que los índices de popularidad del presidente hayan caído del 50% por su gestión de la salida de Afganistán, con un atentado terrorista en Kabul en el que murieron 13 soldados norteamericanos. Las encuestas reflejan además que en las elecciones parciales de 2022, los republicanos pueden hacerse con el control de la Cámara Baja, para bloquear de forma definitiva las reformas más ambiciosas del hoy presidente.