Duro revés para Trump en las elecciones de Virginia y Kentucky

El resultado es un bochorno para el partido republicano y para Donald Trump , que se la jugó apostando a un candidato impopular aunque fuera en un estado favorable. Lo más decisivo, sin embargo, es el retroceso de Trump en zonas suburbanas que serán clave para su reelección.

La derrota de Bevin es sorprendente, incluso aunque el candidato republicano fuera impopular y viniera por detrás en las encuestas. Kentucky es uno de esos estados de la América profunda sureña que se tiñe casi siempre de rojo republicano en las elecciones presidenciales: desde 1980, solo en dos ocasiones -con Bill Clinton , un presidente muy popular en el sur del país por ser de la cercana Arkansas- han ganado candidatos demócratas. Hace tres años, Trump ganó aquí por goleada, con una diferencia de treinta puntos sobre Hillary Clinton . El lunes volvió a Kentucky para impulsar a Bevin, que llegaba a las elecciones lastrado por escándalos y resbalones. Participó en su mitin de final de campaña y reclamó su voto a los vecinos de Kentucky: «Si perdéis, van a decir que Trump sufrió la mayor derrota de la historia mundial», les dijo. «¡No dejéis que eso me ocurra!».

Pero ocurrió, a pesar de su implicación en la elección, y de que Bevin había tratado de vender la cita electoral como un referéndum a Trump. El presidente trató de quitarse la responsabilidad ayer tras conocerse el resultado y adujo que Bevin «recuperó 15 puntos en las encuestas en los últimos días» gracias a su apoyo (en realidad, ningún sondeo le dio una diferencia de dos dígitos en las últimas semanas).En el resto de elecciones a otros cargos en Kentucky, todos los republicanos se impusieron, en una muestra de lo decisiva que fue la impopularidad de Bevin, cuya derrota demuestra que Trump puede no ser infalible para impulsar candidatos en problemas.

En la carrera para gobernador en otro estado muy republicano, Misisipi, sí ganó el candidato conservador, Tate Reeves . Trump dijo que su apoyo logró «cambiar de empate a victoria» esta elección, aunque las encuestas daban ventaja a Reeves.

Las peores noticias para Trump y los republicanos estuvieron en Virginia . Los demócratas consiguieron recuperar el control de las dos cámaras legislativas del estado, lo que unido al puesto de gobernador les concede un poder absoluto que no tenían desde 1993.

El resultado en Virginia muestra un aspecto especialmente preocupante para las opciones de reelección de Trump: la creciente pérdida de poder republicano en los suburbios, lo que implicaría la necesidad de Trump de ampliar todavía más su liderazgo en zonas rurales o localidades pequeñas. Es una brecha campo-ciudad que ya viene de las elecciones legislativas del año pasado -con la que los demócratas recuperaron la Cámara de Representantes, desde donde han montado el acoso y derribo a Trump- y que se confirma no solo en Virginia, que parece haber abandonado de forma definitiva su condición de estado bisagra para pintarse de azul demócrata.

En Pensilvania , estado clave en las presidenciales y que fue instrumental en la victoria de Trump, varias elecciones a cargos en zonas suburbanas en las que el multimillonario neoyorquino se impuso en 2016 se inclinaron ahora del lado demócrata.Las encuestas muestran que la posición de Trump en los suburbios, normalmente de clase media o media alta y con mayor presencia de electores con estudios universitarios, se debilita. En especial, con el voto femenino, en particular el de mujeres con estudios universitarios.

Según la última encuesta Washington Post-ABC News, las mujeres prefieren a Joe Biden , el favorito de las primarias demócratas, frente a Trump por 65%-35%. En el caso de la candidata demócrata Elizabeth Warren , la diferencia es de 60%-34%.