Donald Tusk vuelve a Polonia para tratar de parar la deriva antieuropea de Kaczynski
El expresidente del Consejo Europeo se pone al frente de una Plataforma Civica desmoralizada

Donald Tusk se ha decidido por fin a dar el paso de volver a la política polaca . Después de una intensa carrera en las instituciones comunitarias, donde fue presidente del Consejo Europeo , va a intentar dar un cambio de rumbo ... a la situación en Polonia que pasa por arrinconar al partido nacionalista Ley y Justicia (PiS) que en las últimas elecciones de 2019 obtuvo mayoría absoluta. La Polonia del PiS se ha convertido, junto a la Hungría de Fidesz, en un nuevo polo de euroescepticismo populista que preocupa enormemente en Bruselas. Por ello la vuelta a la política polaca de Tusk va a contar con el máximo apoyo de las instituciones europeas aun teniendo en cuenta que no será un camino fácil.
El ex primer ministro polaco de 64 años que actualmente preside el Partido Popular Europeo (PPE), la mayor formación política de la UE, ha prometido que está «al cien por cien de vuelta a la política polaca», ante las críticas de los que le acusan de guardarse siempre un camino de retirada para volver a Bruselas. El sábado lo dejó claro en el congreso de la Plataforma Cívica (PO), el partido que él mismo fundó en 2001, y cuyo actual líder, Boris Budka , dio un paso al lado para permitir la vuelta de Tusk.
«El mal que está causando a Polonia el PiS es evidente, descarado y permanente. Está sucediendo todos los días, en casi todos los asuntos», afirmó Tusk en el discurso en el que anunció que tomaba las riendas del partido para salvarlo de la desaparición.
Caída de la Plataforma Cívica
Tusk gobernó Polonia de 2005 a 2014 y logró dos claras victorias electorales. Sin embargo, ahora PO no es ni siquiera el segundo partido tras el PiS. Según las últimas encuestas, se queda con apenas un 18% de las intenciones de voto, frente al 36% que aún conserva el PiS y detrás del heterodoxo Polonia 2050 que lidera la estrella de televisión Szymon Holownia . Un reciente sondeo sugería que seis de cada diez encuestados consideran que Tusk ya no debería volver a la política polaca por considerarlo una figura caducada.
En cierto modo, su presencia en Bruselas ha sido dibujada por el PiS como una especie de huida porque teme las represalias por parte del actual Gobierno. Durante bastante tiempo se le amenazó desde el Ejecutivo con intentar llevarlo a la cárcel, incluso bajo la acusación de haber sido el responsable de la muerte en un accidente de aviación en 2010 de Lech Kaczynski cuando era presidente de la República. Su hermano gemelo, Jarosław Kaczyski , de 72 años, líder histórico del PiS y que dirige de facto Polonia desde el partido, ya ha acusado a Tusk de regresar a Polonia «porque es vago y ama a Alemania. Esa es la cruda realidad, todo lo demás con este pedir y esperar es un poco de teatro para endulzar este regreso».
Las próximas elecciones no se celebrarán antes de 2023, a no ser que se produzca una implosión del PiS, que tiene graves problemas internos y ha perdido recientemente algunos de sus partidos satélite, con los que forma una coalición que ya no tiene la hegemonía completa en el Parlamento. Tusk describió el congreso de PiS que se ha celebrado este fin de semana como «un grupo grotesco de personas» y a su gestión en el Ejecutivo como «una parodia bastante lamentable de la dictadura» que permanece en el poder «por nuestra abrumadora falta de fe y nuestra debilidad».
Inyección de energía
El principal reto para Tusk será por tanto unir a los partidos de la oposición y agregar energía y optimismo a los militantes de la Plataforma Civica, muchos de los cuales ya han empezado a pasarse a las filas de Polonia 2050 ante el atractivo ascendente de Holownia. Tusk afirma ahora que ha vuelto porque cree que PO todavía puede ganar. «Lo más importante en política, lo que es tan importante hoy, no solo para PO, es recuperar la fe en su propia fortaleza y en la posibilidad de ganar. Aquellos que no creen en sus propias capacidades no ganarán; un partido que no crea en el significado de su propia existencia no ganará».
Ahora para Tusk puede ser tan importante levantar a la Plataforma Cívica de su pesimismo y unir al resto de la oposición como llegar a un acuerdo con Holownia para evitar que sea el líder de este partido emergente que se presenta como liberal, constitucionalista, católico y ferviente proeuropeo el que se haga con el puesto al que aspira Tusk.
Lo único que no le va a faltar a Tusk es el apoyo del resto del Partido Popular Europeo, que de hecho no ha visto ninguna incompatibilidad en el hecho de que el polaco siga siendo el presidente del partido pero vuelva a la política activa en su país. La cuestión europea es uno de los principales argumentos de la gestión de la Platafiorma Cívica y será sin duda uno de los factores esenciales de la campaña en un país en el que las ayudas comunitarias se han convertido en esenciales. Las instituciones europeas mantendrán su neutralidad habitual, la opción de que Tusk vuelva al poder es la que van a mirar con más simpatía.
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