Dolors Montserrat: «Europa ha hecho los deberes... España ha llegado tarde y mal hasta en la vacunación»

Además de la relación de los democristianos con el trumpismo y el plan europeo de vacunación, la eurodiputada española, encargada de la comisión de Peticiones en la Eurocámara, ha querido destacar la reforma de la Euroorden propuesta por su compañero de filas, Javier Zarzalejos, que fue aprobada ayer por el pleno. Montserrat tuvo ayer un encontronazo con el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, fugado de la justicia, quien ayer aprovechó la presentación de la presidencia portuguesa del Consejo de la UE para decir que en España hay presos políticos. «No venga a contar mentiras sobre España, usted es un fugado de la justicia», le replicó la portavoz popular.

Zarzalejos ha pedido que los países de la UE solo rechacen de manera excepcional peticiones de extradición, para evitar la impunidad de perseguidos por la justicia en otros países. ¿Qué supone y qué alcance tiene esta petición?

Lo que ha reclamado Javier Zarzalejos, rapporteur (ponente) de la reforma de la Euroorden, es que se agilizara la cooperación judicial entre estados miembros e incorporar nuevos delitos como el de sedición. Lo que se ha visto estos años de la Euroorden es que es un instrumento que funciona pero debemos ir mejorándolo en cuestión de tiempos y en la incorporación de nuevos delitos, para evitar la impunidad de personas que han atentado contra el Estado.

Aunque se está llevando con bastante secretismo, ¿en qué punto se encuentra el suplicatorio a los políticos catalanes fugados Puigdemont, Comín y Ponsatí?

Lo has dicho muy bien, es secreto. En el PP español y europeo somos estrictos con el reglamento y el proceso. No formo parte de esta comisión JURI, ni he participado en ella. Pero sí te puedo decir que los eurodiputados del PP español, el día que se lleve la votación al pleno, vamos a votar para levantarles la inmunidad porque el único camino que deben hacer es presentarse ante la justicia.

Entrando en la crisis sanitaria, de la que usted es especialista, la propuesta del pasaporte de vacunación divide a Europa. Por un lado, los países más dependientes del turismo como España y Grecia están a favor mientras que en Francia se teme que sea discriminatorio y atente contra la seguridad y los datos personales. ¿Cómo lo ve la delegación del PP en el PE y usted como antigua ministra de Sanidad?

Sí, esta iniciativa del Gobierno de Grecia (también del Partido Popular Europeo, PPE) está encima de la mesa. Lo que defendemos es que no puede haber diferencias de aplicación entre estados miembros y que no veamos como al inicio de la pandemia distintas decisiones de los estados miembros. Pero las instituciones las están evaluando, por lo que es precipitado decir si lo vamos a tener no.

La Comisión Europea ha marcado dos objetivos para los Estados miembros una vez comenzada la campaña de vacunación. Para marzo: que el 80% del personal médico y mayores de 80 años estén vacunados. Y para verano: que el 70% de la población adulta esté vacunada. ¿Le parece que vamos por el buen camino?

Juntos hemos obtenido la vacuna en tiempo récord, pero para que siga siendo una historia de éxito no nos podemos quedar ahí, y en los próximos seis meses tenemos que terminar la crisis sanitaria. Por tanto, las instituciones europeas y gobiernos nacionales deben poner todos sus recursos disponibles para conseguir una vacunación masiva. Necesitamos transparencia en los contratos que la UE ha firmado con las diferentes industrias farmacéuticas. En los próximos días se harán nuevas contrataciones y entrarán probablemente GSK y Johnson & Johnson. Todas las dosis disponibles se deben utilizar. Los europeos están exhaustos. Lo que necesitamos desde Europa son planes nacionales de vacunación que sean supervisados por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC). Europa ha hecho los deberes, hemos conseguido las vacunas y en los próximos seis meses vamos a conseguir que estén disponibles para el 70% de la población. Ahora necesitamos que los gobiernos nacionales pongan en marcha un plan nacional de vacunación.

¿Y en España?

El Gobierno de España llegó tarde y mal a la primera ola, tarde y mal a la segunda ola, y tarde y mal a la tercera. También ha llegado tarde y mal a la vacunación. Todos los europeos éramos conscientes de que la UE estaba haciendo una gran inversión y un gran trabajo con las farmacéuticas para tener vacunas y que para finales de año o principios probablemente se podía empezar. Pero dónde estaba el Gobierno de España, que debía tener listo el plan de vacunación desde hace meses con la logística y la distribución clara. Luego, tampoco ha reforzado la atención primaria. Y la primera propuesta que hizo el Gobierno es que pasara por allí todo. Hemos visto que el Gobierno ha abandonado a su suerte a las comunidades autónomas, que han hecho un gran trabajo en esta pandemia.

En España se ha criticado y mucho que haya 17 formas distintas de legislar sobre la pandemia, ¿debería haber una sola normativa europea para todos los territorios, una especie de unión sanitaria?

En el PP europeo ya estamos trabajando por una Europa de la salud. El Covid nos ha enseñado que una pandemia no conoce fronteras. Nos tenemos que fortalecer como UE y tenemos que liderar el cuidado de la salud y la protección de la salud pública de todos los europeos. También hemos puesto encima de la mesa un nuevo programa de salud EU 4 Health, dotado de un presupuesto diez veces mayor al anterior, y enfocado a la resiliencia de los sistemas nacionales de salud. Otro de los grandes puntos es el programa europeo contra el cáncer, una iniciativa del PPE. Cada año muere un millón y medio de europeos y se diagnostican tres millones y medio de casos. Hemos puesto ya encima de la mesa el gran «big data» sanitario que nos ayudará a la detección precoz de las enfermedades, compartiendo conocimiento para que no haya fronteras entre nosotros. También es importante la nueva estrategia farmacéutica para Europa, que pretende fortalecer nuestra autonomía para que no nos vuelva a pasar como al inicio de la pandemia, cuando la mayoría de los materiales y equipos médicos no se producían en Europa.

El pleno ha criticado el «nacionalismo sanitario», incluidos los supuestos contratos paralelos firmados con las farmacéuticas por algunos Estados miembros. ¿Cómo se puede actuar contra este nacionalismo sanitario?

Esta pandemia nos ha vuelto a demostrar que la gran solución es la unidad, coordinación y liderazgo de la UE para irnos indicando a los Estados miembros los pasos a seguir con los fondos de recuperación y las vacunas. Europa es una historia de éxito y se ha demostrado este año. La pandemia nos ha puesto en uno de los momentos más complicados de nuestra historia europea. Pese a que al principio de la crisis hubo descoordinación y decisiones unilaterales de algunos estados miembros, luego todo el mundo se dio cuenta de que teníamos que estar liderados por la Comisión y las instituciones europeas para afrontar esta triple crisis: sanitaria, económica y social. Por medio del fondo de recuperación, Europa ha ofrecido el mayor paquete de ayudas de la historia para que los sistemas de salud sean mas resilientes y además para convertir a la economía europea en una economía moderna, digitalizada y preparada, que cree empleo y que vuelva a la senda del crecimiento económico. El segundo granito es la vacuna. Qué hubiera sido de nosotros si estuviéramos fuera de la UE. Hoy no estaríamos vacunando a españoles.

Ha hablado de unidad a nivel europeo, pero Alemania, país gobernado por sus aliados de la CDU, acaba de comprar vacunas por su cuenta, fuera del plan conjunto de la UE.

La semana pasada estuvimos reunidos con la directora general de salud de la Comisión en la que se preguntó por estos contratos. Lo desconocía por completo y llamó a todos los estados miembros para seguir todos juntos en esta compra centralizada, investigación y vacunación masiva. En el PP español tenemos claro que hay que seguir este camino.

Poco antes de las elecciones en EE.UU., el presidente de su partido, Pablo Casado, se desmarcó de Vox en la moción de censura del pasado otoño así como del trumpismo. ¿Cómo han valorado sus colegas del PP europeo ese movimiento?

En el PP, español y europeo, somos fundamentalmente europeístas. Hemos recogido el legado de los padres fundadores de la Unión. Defender el europeísmo es frenar el populismo venga de la izquierda o de la derecha. Lo que hizo el presidente Casado en la moción de censura fue defender los valores que siempre hemos defendido en Europa: la democracia, el estado de derecho, las libertades individuales, el progreso económico… el populismo lo hemos sufrido en nuestras propias carnes con el Brexit. Casado en la moción de censura expuso alto y claro cuáles han sido siempre los valores del PP en España y Europa.

Por muy contrario que sea Biden a la política comercial de su predecesor, los aranceles, una vez impuestos, son luego muy difícil de levantar. Tampoco parece que proteger al sector del aceite de oliva español esté entre sus prioridades. ¿Cómo debería actuar la UE en este sentido, teniendo en cuenta las consecuencias para un sector tan importante para España?

Vamos a vivir un cambio de época con un nuevo presidente y partido. Desde Europa deseamos que se abra una nueva etapa con EE.UU., marcada por la vuelta a los acuerdos multilaterales y a las buenas relaciones comerciales y políticas, siempre fundamentales para los europeos. Y así debe seguir siéndolo. Es el principal socio de la UE en todos los ámbitos para afrontar todos los grandes desafíos globales: la pandemia, el terrorismo, el cambio climático, los conflictos comerciales… Desde Europa confiamos en que EE.UU. vuelva a esa relación de competencia justa con Europa, donde se eliminen los injustos aranceles que EE.UU. ha venido imponiendo a los productos agroalimentarios europeos como el aceite de oliva español, que está perjudicando tantísimo a este sector, y encima en un contexto de crisis como la del coronavirus. Esperemos que los primeros pasos de la administración Biden nos lleve a una dirección de trabajo conjunto.

Con la llegada de Biden se espera volver a las políticas de Obama para con Cuba. ¿Cómo afecta a la fiscalización de la violación de DD.HH. en la isla desde la UE? ¿Y ahora con Venezuela?

Europa y EE.UU. siempre hemos compartido valores democráticos y el respeto por los DD.HH. en todos los rincones del mundo, también en Venezuela. El PPE ha propuesto una resolución en el pleno del PE basada en la multitud de atropellos cometidos contra los derechos humanos. Nosotros seguimos considerando a Juan Guaidó como único representante democrático y legítimo de Venezuela. Europa no puede mirar a otro lado mientras el pueblo venezolano sufre las garras de esta tiranía. Estoy convencidísima de que EE.UU. seguirá del lado de la UE.

Para terminar, con respecto a sus funciones de presidenta de la comisión de Peticiones, el pasado mes una treintena de eurodiputados (socialistas, verdes y de la Izquierda Unitaria) enviaron una carta al presidente David Sassoli en la que la acusaban de actuar forma partidista y de priorizar los temas críticos con la gestión del Gobierno español.

Es completamente falso. Esto también es política europea, como en el Congreso de los Diputados o en cualquier parlamento autonómico, lo que hace el presidente de la Comisión es dirigir los debates, pero la mayoría decide el orden del día. Había algunos diputados que quizá no aceptaban la democracia de la junta de portavoces de la Comisión.