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May ofrece su cargo a cambio de que se apruebe su plan de salida de la UE

El Parlamento británico vota contra todas las opciones alternativas al Brexit y pierde la oportunidad de llevar el timón

Vídeo: El Parlamento británico votará hoy alternativas al Brexit de May EP

Iván Alonso

El día de ayer en el Reino Unido fue otro ejemplo más del caos y de la división que el Brexit ha llevado al país. Se suponía que iba a ser una jornada decisiva para conocer, al menos, si hay una mayoría clara en el Parlamento sobre qué estrategia tomar ahora, y lo único que quedó claro es que no hay ninguna preferida. Los diputados británicos rechazaron todas las propuestas que estaban sobre la mesa, ninguna salió viva de esas votaciones «indicativas» que la Cámara de los Comunes organizó ayer, y la incertidumbre vuelve a reinar en Westminster.

Los diputados británicos solo se pusieron de acuerdo en una cosa , en retrasar la fecha de salida hasta el 12 de abril si no hay acuerdo, o hasta el 22 de mayo si May consigue aprobar su pacto.

Las opciones más votadas

Dos de las opciones presentadas ayer a la Cámara, sin embargo, fueron derrotadas por muy estrechos márgenes en los Comunes. Se trata de la propuesta de permanecer en la Unión Aduanera , lo cual evitaría el problema de una frontera entre las dos Irlandas -fue apoyada por 264 diputados y rechazada por 272-; y la propuesta de celebrar un nuevo referéndum sobre el Brexit -fue votada por 268 diputados y descartada por 295-.

Parece imposible que la primera ministra logre hacer aprobar su acuerdo negociado con Bruselas, al menos por el momento, a pesar de que Theresa May se jugó la última carta que le quedaba y soltó, horas antes de esas votaciones «indicativas», la bomba del día que muchos en su partido llevaban esperando varias semanas. Todo porque su socio de Gobierno, el partido norirlandés del DUP, sigue negándose tajantemente a apoyar el plan de la primera ministra y sin sus votos no es posible sacarlo adelante.

May no contaba con este rechazo cuando prometía a los suyos, a media tarde, que dimitirá si se aprueba su plan en el Parlamento. No puso fechas ni aclaró cuando lo hará, pero anunció que no lideraría la segunda fase de negociaciones con Bruselas (en la que se negociaría el futuro acuerdo comercial) y que está dispuesta «a dejar de ser primera ministra antes de lo previsto para hacer lo que es correcto para nuestro país y nuestro partido».

Ante el Comité 1922

Lo hizo ante sus correligionarios, ante el influyente grupo conocido como Comité 1922, que engloba a todos los diputados «tories» que no tienen cargo en el Gobierno. Allí May reconoció que es el peaje que tiene que pagar para ver aprobado su pacto y pedía a sus compañeros que acabasen ya con la incertidumbre y le diesen luz verde. «Sé que hay el deseo de un nuevo liderazgo en la segunda fase de la negociación del Brexit y no me interpondré. Estoy preparada para dejar el puesto antes de lo que pretendía para hacer lo correcto», aseguraba.

Con este movimiento se asegura casi por completo los votos de los más euroescépticos «tories», como el de un Boris Johnson (uno de los principales candidatos a suceder a May) que ya admitió ayer su cambio de postura y su apoyo al plan. Eso sí, la «premier» tiene el reto todavía de ganarse en las próximas horas el voto de los 65 diputados del ala dura de su partido. Las peticiones de estos, con ataques constantes sobra cualquier decisión de May a lo largo de las últimas semanas, han hecho mella en la primera ministra, y ha tenido que ceder.

La tercera votación

Pese a que el DUP sigue sin subirse a bordo, todo hace pensar que mañana podría celebrarse una tercera votación sobre su acuerdo de retirada. Lo pretende hacer a pesar del otro jarro de agua fría que endosó al Ejecutivo el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, quien volvió a recordar que el Ejecutivo no puede presentarlo de nuevo a no ser que haya sido modificado de alguna forma. El Gobierno viene trabajando en los últimos días en buscar algún recoveco legal que le permita saltarse esta advertencia y considera varias opciones.

Mientras, los diputados británicos intentarán seguir votando sobre las distintas opciones que se abren ahora a pesar de no haberse aprobado ninguna de las que ayer se ponían sobre la mesa en esas votaciones «indicativas» no vinculantes que se celebraron en el Parlamento. Todas fueron rechazadas y las que tenían más opciones de pasar, como la de permanecer en la Unión Aduanera tras el Brexit o convocar un segundo referéndum donde la ciudadanía refrendase cualquier plan aprobado se quedaron a pocos votos de conseguir más «síes» que «noes». Tampoco dieron el visto bueno al modelo «Noruega 2.0» ni a cancelar el Brexit -derrotada por amplio margen- si la Cámara no aprueba ningún acuerdo antes del 12 de abril.

Libertad de voto

Varapalo considerable el que se llevaron sus señorías, que habían conquistado una meta, la de apropiarse de la agenda parlamentaria sobre el Brexit y que no consiguieron ningún consenso. May dio, incluso, libertad de voto a sus diputados mientras que los ministros del Gobierno se abstuvieron en todas las votaciones que se celebraron ayer, que fueron escogidas, una vez más, previamente por el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow.

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