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«Me dieron un machete y me ordenaron trocear un cadáver»

«Me dieron un machete y me ordenaron trocear un cadáver»

Debía ser medianoche. Michel estaba durmiendo profundamente en casa con sus hermanos pequeños y su hermana mayor. Vinieron cuatro hombres. Iban armados, pero vestidos de civiles. Ataron a Michel y a su hermana por las manos y se los llevaron al monte.

«Nos encontramos ... con otros 20 niños», explica Michel. «Esos hombres nos azotaban y nos obligaban a trabajar. Cada vez que hablábamos entre nosotros, nos golpeaban con un machete. Por la noche, cuando teníamos que ir al lavabo, pensaban que intentaríamos escapar. Siempre nos ataban por la noche. No nos permitían lavar la ropa... ni siquiera asearnos. Solamente ellos tenían el derecho de lavar su ropa y de asearse. Estaban seguros de que queríamos escapar y regresar a la aldea».

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