El cirujano que ha dirigido las operaciones en el Hospital Universitario de Anjou (al sur de Seúl), Lee Kuk-jong, dijo que la recuperación sigue siendo difícil, especialmente dado el gran número de parásitos que tiene en el intestino delgado y que han infectado órganos afectados por las heridas de bala.
Estos parásitos, entre ellos una lombriz intestinal de 27 centímetros de largo, muestra las duras condiciones de vida que soportaba el militar y reflejar la situación que vive la empobrecida Corea del Norte, afectada por las sanciones internacionales por sus programas de armas.
«En más de 20 años de carrera como cirujano, solo he visto esta cantidad de lombrices en los libros de texto . Nunca los he visto en un (ciudadano) surcoreano», explicó hoy Lee en declaraciones a los medios recogidas por el canal Arirang.
El doctor añadió que aunque la situación del soldado -que sigue conectado a un respirador- ha mejorado desde que fue ingresado el lunes, las posibles complicaciones continúan siendo «preocupantes».
«Lo que es capital ahora mismo son sus funciones cardiopulmonares y las del hígado y los riñones. Aún no han alcanzado un nivel normal», explicó.
El soldado desertó el pasado lunes corriendo a través de la Zona de Seguridad Conjunta (JSA) -única área fronteriza donde soldados de las dos Coreas están cara a cara- y recibió cinco disparos de soldados norcoreanos .
Es muy poco común que se produzca una deserción en la JSA (hasta ahora se había producido una en 1998 y otra en 2007), ante el fuerte despliegue de seguridad.
Las dos Coreas permanecen técnicamente en guerra, ya que el conflicto que las enfrentó entre 1950 y 1953 se saldó con un alto el fuego en vez de un tratado de paz.
El desertor norcoreano tenía una lombriz de 27 centímetros y un gran número de parásitos
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