La desaparición de uno de los cuervos de la Torre de Londres reaviva la superstición sobre la caída del Reino

Aunque no se sabe cuándo llegaron por primera vez al castillo, se da por cierto que fue Carlos II el primero en insistir en que se les protegiera, pese a ser consideradas popularmente como aves de mal agüero, imagen que ha sido ampliamente explotada en las películas de terror. Todo empezó, cuenta la historia, cuando John Flamsteed (1646-1719), el joven astrónomo del primer Observatorio Real que se ubicó en una de las torres, se quejó ante el rey de que los pájaros estaban interfiriendo con sus observaciones. El monarca mandó a matarlos, pero fue inmediatamente advertido, no hay certeza de por quién, de que si los cuervos abandonaban la Torre, esta caería y un gran desastre sobrevendría al Reino, ya que estas aves habían estado en la Torre durante años y eran un símbolo importante de la estabilidad nacional . En un alarde de superstición, y como explican desde la Torre «dada la racha de mala suerte que había experimentado el país en las últimas décadas (guerra civil, peste y el Gran Incendio de Londres para empezar)» el rey decidió no correr riesgos y no solo ordenó mantenerlos con vida, sino que supuestamente decretó que al menos seis cuervos deberían mantenerse en la Torre en todo momento para evitar el colapso.

«Los cuervos son pájaros inteligentes y cada uno de los nuestros tiene su propia personalidad; pueden imitar sonidos, jugar y resolver problemas», aseguran en la web oficial la Torre. Pero que se sepa, ninguno es capaz de hablar y decir dónde está su soberana y por que huyó, y si los demás tienen también planes de escapar, pese a que todos tienen una de sus alas cortada para desestabilizar su vuelo y que no se vayan lejos durante el día, que es cuando los dejan deambular libres por el recinto. De momento, Chris Skaife , el « Ravenmaster » (maestro de los cuervos) y única persona a la que los inquilinos más importantes del castillo obedecen, cree que la falta de contacto con los seres humanos les está afectando. Skaife, que es uno de los 37 « Beefeaters » o « Yeoman Warders » (Guardianes de Yeoman) que desde 1485 custodian la Torre y sus tesoros por orden del rey Enrique VII, declaró al diario The Sun: «Si los cuervos se fueran, la Torre se convertiría en polvo. La Torre es solo la Torre cuando la gente está aquí. Los cuervos siempre han sido tan importantes porque han estado rodeados de mitos y leyendas. Realmente necesitamos que la gente regrese para ayudarlos» ya que, según explicó, «ha sido difícil… porque los cuervos solo me ven a mí o a un guardián durante el confinamiento. Dependen de los turistas. Nunca en la historia de un cuervo hemos visto menos personas en la Torre de Londres . Incluso en la Segunda Guerra Mundial había cientos de personas en los alrededores».

Y es que la Torre, cuya construcción empezó Guillermo el Conquistador alrededor del 1070 y que duró unos veinte años, recibía antes de la pandemia más de tres millones de visitantes al año. Pese a la preocupación generalizada que entre broma y en serio hay entre la población y que reflejan los artículos publicados en la prensa local, desde la Torre indican que mientras estén los seis cuervos actuales, el público « puede estar seguro de que la Torre y el reino aún están a salvo ». Al menos de momento, porque las experiencias del 2020 y el comienzo del 2021 muestran que la historia puede sorprendernos cuando menos lo esperamos.