Derrota judicial de Trump: no podrá expulsar a quienes piden asilo en la frontera

En un momento desbordado de llegada de inmigrantes indocumentados, en niveles récord para la última década, Trump buscaba cortar la dinámica por la que muchos acaban libres en territorio estadounidense. El presidente de EE.UU. ha defendido en muchas ocasiones que esas solicitudes de asilo son un «engaño» y que los abogados «entrenan» a los inmigrantes para que denuncien situaciones de violencia o persecución en sus países (la mayoría provienen de Centroamérica). Después, ante la incapacidad de los centros de detención para acoger a todos los inmigrantes -o por limitaciones legales si se trata de familias-, muchos son liberados mientras esperan una decisión sobre su asilo.

La decisión judicial entrará en vigor este viernes. A partir de ese momento, EE.UU. tendrá que permitir que entren en su territorio los solicitantes de asilo que dejó en México y no podrá continuar con la práctica.

El varapalo a Trump llega en un momento convulso en la frontera: un día después de que el presidente despidiera a la secretaria de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen, a quien consideró durante mucho tiempo demasiado débil y el mismo día que varios medios estadounidenses publicaban que Trump presionó a sus subordinados para que volvieran a imponer la separación de familias en la frontera, una práctica polémica que tumbaron los tribunales hace casi un año.