La derecha populista alemana eleva su mensaje racista

El estallido de racismo ha contado con la inesperada mecha del «merchandaising» del fútbol . Los chocolates Ferrero Rocher han sacado al mercado alemán una edición especial de sus populares chocolatinas Kinder en la que sustituyen la tradicional cara de niño sonriente en el frontal de los paquetes por fotografías de los jugadores de la selección alemana tomadas cuando eran niños. Allí están Götze, Schürrle, Kramer... todos monísimos de pequeños, y también las caras, un poco más oscuras, de Ilkay Gündogan , nacionalizado alemán de padres turcos, y Jerome Boateng , de raíces africanas. Estos dos últimos rostros infantiles propuestos como modelos a admirar para los niños alemanes han sido demasiado para Pegida, el movimiento xenófobo de Patriotas Alemanes contra la Islamización de Occidente, que ha llamado en las redes sociales a boicotear la marca de chocolates y ha desatado una tormenta de apoyos y detractores en internet.

«Debería darles vergüenza, proponer a los niños alemanes un modelo que representa a futuros terroristas», se ha quejaba un anónimo en la página de Facebook de Ferrero Roche , cuyos responsables de comunicación procedieron después de varias horas de insultos a borrar todos los mensajes de protesta alegando que «no nos permitimos a nosotros mismos ninguna posición racista o discriminatoria ni tampoco vamos a permitir a otros ese tipo de postura en los foros que administramos».

Preguntado por la polémica en la entrevista del dominical, Alexander Gauland ha dado la razón a los seguidores de Pegida y ha comentado además que, a los alemanes, Boateng «les parece un buen jugador, pero no quisieran a un Boateng como vecino». Sus palabras, sobre un jugador nacido y crecido en Berlín, han levantado una ola reacciones encendidas desde el gobierno Merkel y desde la Federación Alemana de Fútbol (DFB). «Sin nivel e inaceptable», ha sentenciado el ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas , «AfD se está desenmascarando a sí mismo». Es «sencillamente de mal gusto» utilizar la popularidad de Boateng con fines partidistas, ha añadido el presidente de la DFB, Reinhard Grindel , destacando que Boateng, además de un excelente jugador, está públicamente comprometido con causas sociales y es un auténtico modelo para los jóvenes. El manager de la selección, Oliver Bierhoff , ha recordado que «este lenguaje no es nuevo, lamentablemente», y que «quienes los difunden se desacreditan a sí mismos».

Lo cierto es que las fotos han recibido muchos más mensajes de respaldo que críticas, pero la campaña en las redes sociales está ejerciendo un efecto perverso , ya que muchas tiendas pequeñas y puestos de golosinas están procediendo a retirar los chocolates de forma preventiva, no porque les parezca mal que el envoltorio luzca las caras de niño de Boateng y Gündogan, sino porque temen los destrozos que el próximo fin de semana puedan causar grupos vandálicos de extrema derecha . Otros establecimientos, en cambio, se han apresurado a situar en lugar bien visible los chocolates Kinder por temor a los destrozos que puedan causar manifestantes de extrema izquierda .

No es la primera vez que el racismo se cuela en el fútbol alemán. Fue muy polémica, durante el Mundial de 2006, la campaña del partido de extrema derecha NPD contra los jugadores de la selección Gerald Asamoah y Patrick Owomoyela , titulada «Blanco, no solo el color de la camiseta». La diferencia es que entonces fue masivamente condenada en público y ahora puede acabar causando tumultos en la «Milla de los fans» , los dos kilómetros cuadrados en pleno centro que Berlín salpica de pantallas gigantes para permitir a los futboleros seguir los partidos al aire libre.

La revista satírica «Titanic» no ha podido resistirse a la polémica y ha publicado su particular versión de los paquetes de chocolatinas Kinder , que sugiere más al gusto de Pegida y con el rostro infantil de Adolf Hitler y Anders Behring Breivik , el noruego de extrema derecha que mató a 77 personas en un ataque en 2011. Pero el presidente de la Federación Alemana de Fútbol, Reinhard Grindel , ha llamado a la seriedad y ha recordado que «la selección alemana de fútbol es un perfecto ejemplo de integración», del que «millones de personas en Alemania se sienten orgullosas». «Aquí se trata de rendimiento, no de procedencia ni de religión de los jugadores», ha insistido, mientras que la cuenta de Twitter de los amigos del 11 alemán han dedicado su particular paquete de chocolates, en la que un jugador con camiseta de la selección hace un despectivo gesto a los partidarios de «más leche y menos cacao».