La derecha francesa sueña con la vuelta de Nicolas Sarzkozy

A quince meses de la primera vuelta de las próximas elecciones presidenciales, todos los sondeos anuncian de forma unánime y machacona un nuevo duelo a primera sangre política entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen.

Al día de hoy, ningún candidato a la candidatura de ningún partido, de izquierda y derecha, cuenta con un mínimo de posibilidades, creíbles, para poder evitar un nuevo enfrentamiento entre el presidente electo, el 2017, y su siempre rival, candidata de la extrema derecha, muy bien cotizada en los sondeos de opinión, anunciándola como posible ganadora de la primera vuelta presidencial, derrotada en la segunda.

El vespertino Le Monde, tradicionalmente bien informado, se hace eco de los rumores que circulan por los despachos del equipo dirigente de LR, Pierre Charon, viejo amigo y confidente de Sarkozy, comenta: «Es un sueño. Pero a nadie le está prohibido soñar. Si creo las confidencias que me dicen unos y otros, todo parece sugerir que Sarkozy está cada día menos aislado. Y muchos piensan en él como posible hombre providencial, el único capaz de imponerse y vencer contra Macron y Le Pen».

Las confidencias de Charon a Le Monde quizá sean filtraciones interesadas. Pero sintomáticas. La justicia dictará sentencia el próximo mes de marzo sobre el primero de los procesos de presunto tráfico de influencias y financiación ilegal de campañas electorales, en los que está implicado el ex presidente de la República. Siendo potencialmente grave, no se trata de escándalos extraordinarios. Quedan otros casos y «cacerolas» por juzgar. Pero los fieles entre los fieles estiman que Sarkozy sería capaz de ganar esas y otras batallas.

Se trata de especulaciones, con un fundamento relativo. Queda la evidencia. Al día de hoy, el paisaje político nacional está dominado por el duelo previsto entre Macron y Le Pen . A la opinión pública le gustaría la aparición de otros candidatos, otras alternativas. Inexistentes, el día de hoy.

A la izquierda, no existen figuras conocidas de envergadura presidencial. A la derecha, existen figuras potenciales, que guardan el más prudente y sepulcral silencio.

Ante ese vacío aparente, provisional, el partido de la derecha histórica, LR, busca sin encontrar, por ahora, al menos, una personalidad, una figura, una esperanza… y Nicolas Sarkozy cumple a la perfección las condiciones básicas del héroe anhelado : peleón, combativo, con mucha experiencia, lenguaraz, percibido como una figura histórica, pero siempre joven, con una esposa de mucho trapío, Carla Bruni , cuya presencia, a su lado, tocando una guitarra y cantando, es un imaginario cartel político, electoral, que hace soñar a sus seguidores tradicionales.

Prudente, Sarkozy, calla, dejándose querer. Esperando que continúe creciendo la ilusión, el sueño, la esperanza de su vuelta a la política activa. Veremos.