La ONU denuncia la matanza de 82 civiles en el asalto final a Alepo

Pocas horas antes, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon , había alertado en un comunicado de posibles violaciones de los derechos humanos en la fase final de la lucha por la segunda ciudad del país, además de apelar a la responsabilidad del Gobierno de Damasco y de su principal aliado sobre el terreno, Rusia.

Después de que la negociación en Ginebra entre rusos y estadounidenses para abrir vías de evacuación a los miles de no combatientes cercados fracasara, los bombardeos continúan y la situación sobre el terreno es cada vez más dramática. A la ya conocida escasez de víveres y medicamentos, se suman ahora las informaciones que apuntan a que las tropas del régimen están cometiendo toda clase de crímenes y excesos en su avance hacia el centro de una población que se ha convertido en símbolo del drama sirio . Los equipos de ayuda humanitaria que trabajan allí han pedido un alto el fuego para poder poner a salvo a los residentes, pero Damasco y Moscú se niegan a conceder una tregua. El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, se mostró dispuesto a la apertura de corredores humanitarios, pero el Kremlin se resiste a una medida que cree que daría oxígeno a los insurgentes.

Las fuerzas del régimen van tomando posesión de los barrios de los que se van retirando los rebeldes, diezmados por los ataques aéreos rusos y de la artillería gubernamental. La caída definitiva de Alepo en sus manos supondría un enorme triunfo para Al Assad, que completaría así el control de los principales núcleos urbanos del país y daría así otro paso hacia la victoria final en la guerra civil.