Los candidatos no hacen sangre en el último debate antes de las presidenciales mexicanas
El presidente Felipe Calderón se sumó a la discusión desde Twitter para rectificar una propuesta de López Obrador
Los candidatos no hacen sangre en el último debate antes de las presidenciales mexicanas
El segundo y último debate entre los cuatro candidatos a la presidencia de México , celebrado esta madrugada en Guadalajara (Jalisco), no debería cambiar sustancialmente las tendencias que marcan las encuestas desde hace dos meses y medio de manera casi invariable.
Enrique Peña Nieto ... , del Partido Revolucionario Institucional (PRI), salió a defender la holgada ventaja que le otorgan los sondeos y pudo salir del trance sin despeinarse. Ajustado al guión, tranquilo y algo distante, apostó por el desarrollo económico, la captación de inversiones extranjeras y la estabilidad para generar empleos. Cuando le tocó defenderse, lo hizo con serenidad y sin torcer el gesto.
Todo el mundo esperaba una andanada del candidato de la coalición de izquierdas, pero Andrés Manuel López Obrador sorprendió con un tono mesurado (“Voy a Gobernar para todos, no queremos venganza”) y un discurso donde prácticamente se limitó a desarrollar sus propuestas de Gobierno, que incluyen cambiar la política económica, “no por razones ideológicas, sino porque no ha funcionado; crecer el 6 por ciento anual y crear 7 millones de empleos”.
López Obrador, segundo en las encuestas a 15 puntos como promedio por detrás de Peña Nieto, dio por segura su victoria en las urnas el próximo 1 de julio y “la transformación tranquila del país, salvo que triunfen la desinformación y el miedo al cambio inducido por quienes no quieren que las cosas cambien, porque a ellos siempre les va bien”.
Josefina Vázquez Mota , del gubernamental Partido Acción Nacional (PAN), no dio abasto en sus ataques a Peña y López Obrador, empeñada en la doble tarea de recuperar el segundo puesto en los sondeos y tratar de acortar distancias con el aspirante priista. Quien fuera dos veces ministra (de Educación y de Desarrollo Social) afirmó que sus rivales representan dos caras del PRI: Peña, la del “retorno del pasado y del autoritarismo, la rendición ante el crimen y la intolerancia”; López Obrador, la del “rencor, el populismo y las crisis económicas”.
A Vázquez Mota incluso le cundió para darle lo suyo al cuarto en discordia, Gabriel Quadri, quien se presenta como un ciudadano ajeno a los vicios de los políticos , pero abandera un partido, Nueva Alianza, que representa los intereses de uno de los personajes más sórdidos de la política mexicana: la líder vitalicia del poderoso sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo.
Vázquez Mota, que ha centrado su campaña en presentarse como una candidata “diferente”, apostó finalmente por la continuidad de las políticas de Felipe Calderón y enfocó en buena medida su mensaje a las votantes femeninas.
Quizá la intervención más comentada no se produjo en la Expo Guadalajara, sino en internet, cuando el presidente Calderón replicó a López Obrador a través de su cuenta en Twitter. El jefe del Estado tiene prohibido por ley participar en la campaña electoral.
Un formato más abierto
López Obrador había asegurado que recortará los sueldos de los altos cargos de la Administración para ahorrar 300 mil millones de pesos (unos 17.000 millones de euros). Al instante, Calderón apostilló en la red social : “Si el Gobierno despidiera a todos los altos funcionarios, de director a presidente, ahorraría 2.000 millones de pesos [unos 114 millones de euros], no 300.000”.
El formato del debate, más abierto que el celebrado el 6 de mayo, fue también más farragoso (“hay mas reglas que en el fútbol americano”, escribió un tuitero). Dividido en temas y controlado por cronómetro, parecía un examen de Selectividad.
Durante 135 minutos se habló de todo: de crear un Instituto Octavio Paz a imagen del Cervantes, de marihuana, de madres solteras, de parejas del mismo sexo, de acuíferos, de internet de banda ancha, de reducción del número de legisladores... Pero el asunto que más preocupa a los mexicanos y es la imagen que hoy proyecta México en el exterior, los 60.000 muertos de la guerra de y contra el narco, fue enterrado; apenas se le mencionó de pasada, como ya ocurriera en el primer debate.
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