David y Goliath, claves del pulso en Gaza

La razón oficial del movimiento radical islamista que gobierna la Franja de Gaza fue la actuación militar israelí en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén (lugar sagrado para musulmanes y para judíos) en pleno Ramadán. La razón política más probable hay que buscarla en el interés de Hamás por llamar la atención del mundo hacia su causa, y provocar un posicionamiento de la nueva Administración Biden, después de los cuatro años de mandato de Trump completamente implicado en favor de la causa de Israel.

¿A qué espera Israel para invadir la Franja de Gaza y neutralizar así a Hamás?

Israel llevó a cabo en el pasado dos intervenciones terrestres en Gaza, por conflictos similares al actual. No resolvieron la situación y provocaron un alto coste en vidas humanas, sin contar con el impacto en la opinión pública mundial. De momento, no quiere repetir el error.

¿Cuándo puede terminar este capítulo del conflicto israelo-palestino?

Después de una semana de intercambio de bombas, con el saldo desproporcionado que era de presumir, Hamás no parará hasta agotar su arsenal (ha lanzado ya 3.000 cohetes contra Israel, según el Gobierno de Netanyahu, más del 90 por ciento interceptados por el sistema antimisiles). Israel, por su parte, no parará hasta encontrar un objetivo que le permita decir a su pueblo y al mundo que ha ganado el pulso. El bombardeo la noche del sábado de la vivienda del líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, buscaba ese ‘trofeo’.

¿Cuántas víctimas ha dejado esta semana de conflicto? ¿Son fiables los datos?

Las fuentes utilizadas por la prensa internacional hablan de 192 palestinos muertos, entre ellos 55 niños y 31 mujeres, y 10 muertos israelíes, además de 1.225 heridos palestinos. Los datos no han sido contestados por Israel, y parecen fidedignos.

¿Cuál es la cuestión de fondo del enfrentamiento?

La principal, que ha estado además en el origen de este choque, sigue siendo Jerusalén. Los Acuerdos de Paz de Oslo de 1993 dejaron irresuelta la cuestión: Israel se niega a admitir que Jerusalén no sea solo la capital única e indivisible de Israel, pese a que su zona Este esté habitada por árabes palestinos.

Los palestinos tienen un presidente, Abás, ¿por qué no interviene para mediar?

El partido de Abás, Fatah, del difunto Arafat, rompió con el partido islamista radical Hamás en 2006. Desde entonces Hamás, que ganó y manda en la Franja de Gaza, no reconoce la autoridad de Abás, que tiene su gobierno -el único reconocido internacionalmente- en Cisjordania. Abás es un actor impotente en la actualidad para resolver nada relacionado con Gaza.

Si EE.UU. es el único que puede influir en Israel, ¿por qué no interviene Biden?

El presidente demócrata conoce bien la complejidad del problema, y además es consciente del peso que tiene el ‘lobby judío’ en su partido. Su actuación no irá más allá de pedir ‘moderación’ a Israel.