«He dado a luz 12 veces y ya he enterrado a ocho de mis hijos»
«He dado a luz 12 veces y ya he enterrado a ocho de mis hijos»
MSF gestiona un programa de salud mental en Kitchanga. Muchas de las pacientes son mujeres que han sufrido violencia física o sexual. Esta mujer de 54 años cuenta lo que le ocurrió una semana antes de ser atendida por MSF:
«Estaba con un grupo ... de personas buscando comida cuando escuchamos disparos procedentes de todas partes. Corrimos y nos dispersamos por el bosque. Estaba con dos jóvenes que murieron ante mis propios ojos, alcanzados por las balas.
Según me tiré al suelo, la gente que había detrás de mí también fue asesinada. La persecución y los disparos continuaban. Caí al suelo y cuando me cogieron me violaron.
Cuando terminaron, uno de ellos se dispuso a dispararme, pero los demás le detuvieron, y en su lugar empezaron a hacerme cortes con cuchillos. Ahora tengo cortes por todo mi cuerpo incluso en las piernas. Cuando acabaron, me iban a matar pero uno de ellos dijo que no lo hiciesen.
A partir de que los grupos armados comenzaron a llegar a nuestra aldea, corríamos al bosque a refugiarnos durante la noche. Siempre venían por la noche y golpeaban a todo el mundo. Mi marido fue objeto de una terrible paliza, y algunas personas incluso murieron a causa de los golpes propinados.
Cuando veíamos que venían, salíamos de nuestras casas y como animales nos íbamos al monte.
Viendo que ya no dormíamos en la aldea empezaron a darnos caza en el bosque. Si no tenías nada que dar a los bandidos, te mataban. Cada día las personas hablaban de alguien que conocían que había sido golpeado o acuchillado.
Los bandidos decían que el bosque les pertenecía a ellos y no a nosotros. Nos dijeron que la noche también les pertenecía. Por lo tanto cogimos todas nuestras pertenencias y nos vinimos al campo.
Desde entonces, he estado viviendo en el campo. Mi corazón siempre me late muy rápido. Tengo mucho miedo cuando salgo en busca de comida. ¿Cómo me han podido hacer esto a mí?
Hay tanta gente aquí que resulta herida que todavía temo que puedan matarme. Anteayer algunas mujeres que habían ido a desenterrar raíces a sus tierras fueron dispersadas a balazos y los bandidos se quedaron con todo lo que habían conseguido recoger. Nadie se atreve a regresar a casa ahora.
He dado a luz 12 veces y ya he enterrado a ocho de mis hijos.
Paso las noches sin dormir y entonces estoy cansada por la mañana. Pienso en muchas cosas. Pienso en la gente que he perdido y en aquellos que todavía tengo a mi alrededor. Pienso en mis hijos que han muerto. Pienso en mi hijo que sigue desaparecido y que no sé si está vivo o muerto.
Siempre que estoy con amigas acabo hablando de la violación, de lo que me ocurrió. Me ayudan, a veces me dan comida, y si no me pueden dar nada es porque ni ellas mismas tienen nada.
Algunas de mis amigas me han dado comida, agua o ropa. Una mujer que sufrió lo mismo que yo, me dijo que viniese a ver a MSF. Tan pronto como me lo dijo, vine sin dudarlo».
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