El PRI cuenta las horas para su regreso al poder

Desde que comenzara la campaña, hace tres meses, los sondeos han señalado sistemáticamente a Enrique Peña Nieto como el próximo presidente de México. Sin contar el 16 por ciento de indecisos y el 3 por ciento reservado a Gabriel Quadri (Partido Nueva Alianza), el candidato priista suma el 44 por ciento de las intenciones de voto.

A Peña lo siguen Andrés Manuel López Obrador , de una coalición de partidos de izquierda, con el 29 por ciento, y la "panista" Josefina Vázquez Mota , con el 24. Descontando los márgenes de error y considerando una participación que rondaría el 60 por ciento del censo, Peña puede hacerse con la victoria por entre 7 y 10 puntos, que representarían entre 3 y 5 millones de votos.

Las elecciones se decidirán por la capacidad de movilización de los partidos. Y ahí, tanto el PRI (con cerca de un 30 por ciento de “voto duro”) como el Partido de la Revolución Democrática (PRD, principal fuerza de la izquierda, que tiene un 18 por ciento de fieles) mantienen estructuras más sólidas y organizadas que el PAN. Una baja participación también favorecería los intereses del PRI, que ya gobierna en veinte de las 32 entidades de la federación.

Tres meses de proselitismo político han servido para afianzar a Peña Nieto en el lugar que ocupaba desde que su nombre empezara a sonar como presidenciable, cuando en 2005 ganó las elecciones a gobernador del Estado de México. La suya ha sido una campaña de carril, un “catenaccio” orientado a exponer lo mínimo .