Cuarenta días sin Neda
Jornada de luto en Irán. Los iraníes recuerdan la muerte de Neda Agha Sultan y, como manda la tradición, cuarenta días después comparten con su familia el dolor por la pérdida de la joven. Neda falleció a consecuencia de un disparo en el transcurso ... de una manifestación de protesta por el resultado de las elecciones del pasado 12 de junio que volvieron a colocar a Mahmoud Ahmadineyad al frente del país. Las imágenes de su agonía grabadas con un teléfono móvil dieron la vuelta al mundo y le convirtieron en el icono de una protesta que hoy tiene una cita fundamental en el chiismo, secta del Islam a la que pertenece el 90% de la población del país.
La oposición pretende que los cuarenta días de la muerte de Neda sirvan también de homenaje a todos los caídos durante las protestas. Como si de una vuelta al pasado se tratase, la bautizada como ‘revolución verde’ de los reformistas recupera estas jornadas de luto que resultaron trascendentales en el derrocamiento del Shá hace treinta años. El ministerio de Interior ha denegado todos los permisos, pero eso poco importa en este nuevo Irán nacido tras el 12 de junio. Los líderes de la oposición, Mehdi Kerrubi y Mir Husein Musavi, mantienen un doble llamamiento para rezar esta tarde a partir de las cuatro en la mezquita de Mosalá, en pleno centro de Teherán, y posteriormente visitar los hogares de los manifestantes fallecidos.
Luto y martirio, dos figuras básicas en la cultura local, se mezclan hoy ante la atenta mirada de unas autoridades que cada vez lo tienen más complicado para frenar el ímpetu de la sociedad. Los medios de comunicación públicos hablan de treinta fallecidos, pero en las webs reformistas se encuentran listas detalladas de al menos 34 personas muertas, tan solo en Teherán, de ellas catorce por herida de bala. Se trata de cifras provisionales ya que no cesan las denuncias sobre la desaparición de personas y aun se desconoce el estado de salud de cientos de presos. Kerrubi y Musavi han formado un comité de desaparecidos y hasta el momento, según las cifras publicadas por el diario Etemad-e-Melli, han recibido 130 denuncias de familiares.
Cierre del ‘Guantánamo’ iraní
Musavi pidió públicamente a las autoridades que dejaran de torturar a los prisioneros para obtener confesiones. La muerte de Mohsen Rouhalamini, hijo de un influyente político conservador, durante su detención en la cárcel de Kahrizak fue el detonante del cierre de este centro penitenciario del sur de Teherán por orden directa del Líder Supremo, Alí Jamenei . Apodado como el ‘Guantánamo iraní’ en los círculos reformistas, sus presos han sido llevados a otros centros del país en los que, pese a la amnistía de los últimos días, continúan al menos doscientas personas acusadas de tomar parte en las protestas post electorales. De ellas al menos una veintena responderán ante la Justicia la próxima semana.
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