Crisis institucional en Honduras ante el plante del Ejército al presidente Zelaya
El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, solicitó ayer una reunión inmediata del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) por considerar que «el Estado de Derecho está en peligro» en la nación centroamericana. «Pedí al embajador ante la OEA que solicite a través ... del secretario general (José Miguel Insulza) una reunión inmediata. El Estado de Derecho del país está en peligro, y, por eso, he solicitado esa reunión para hacer valer el derecho internacional sobre una posible violación» a la legalidad.
Zelaya había destituido poco antes al jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Romeo Vásquez, tras su negativa a cumplir las instrucciones de prestar apoyo logístico al referéndum de reforma constitucional convocado para este domingo. El mandatario también aceptó la renuncia del ministro de Defensa, Ángel Edmundo Orellana. Sin embargo, horas después, la Corte Suprema de Justicia admitía el recurso de restitución de Romeo Vásquez presentado por el Ministerio Público, por lo que lo restauraba al frente del Ejército.
Cientos de soldados se movilizaron en puntos estratégicos de la capital para evitar disturbios por parte de partidarios de Zelaya. El Tribunal Supremo Electoral, único organismo autorizado para convocar consultas, instruyó a los militares para que no se presten a distribuir el material electoral, como urnas y papeletas, que el Gobierno tiene previsto instalar en todo el país.
Esta crisis institucional se produce después de que el Congreso hondureño pidiera a la OEA que retirara su misión de observación electoral para la referida consulta popular, con la que Zelaya pretende convocar en 2010 a una asamblea constituyente. Referendo éste que el Congreso, la Corte Suprema de Justicia y el Tribunal Supremo Electoral han declarado ilegal. Diversos sectores acusan a Zelaya de buscar únicamente la reelección. El presidente rechaza dicho argumento, aunque sin descartar tal posibilidad «si fuera voluntad popular».
La OEA ya ha señalado que desconocerá cualquier poder que surja de un golpe de Estado.
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