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Corbyn reacciona a las críticas por su pasividad con su primer mitin pro europeo

Defendió a la Unión Europea porque «favorece a los derechos de los trabajadores», pero se desmarcó de la campaña de Cameron y Osborne

Luis Ventoso

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Jeremy Corbyn , que la semana pasada cumplió 67 años , tiene algo en común con su detestado Cameron: ambos son euroescépticos de corazón. En el referéndum sobre el Mercado Común Europeo de 1975, el hoy líder laborista votó en contra. La posición oficial del laborismo es a favor de seguir en la UE , pero la campaña avanzaba y Corbyn brillaba por su ausencia en un debate que polariza al país. La situación era tan llamativa que esta misma mañana uno de sus aliados, el sindicalista Tim Roache, líder de GMB, lo acusó en BBC Radio de «apoyar a la permanencia con solo medio corazón» y le recordó que «puede hacer un poco más».

La respuesta llegó a las diez de la mañana con un mitin en el Instituto de Ingeniería y Tecnología de Londres , a orillas del Támesis y cerca del hotel Savoy, a donde Churchill a veces se llevaba a comer (y a beber) a sus ministros. El salón de actos del centro presentaba un público de militantes laboristas de mediana edad, que aplaudieron cariñosamente a su líder, pero muy lejos del entusiasmo que se respiraba en los días de las primarias . Tampoco había entre la audiencia banderas o pegatinas a favor del Remain.

El discurso de Corbyn

Es como si el Partido Laborista estuviese apoyando la permanencia por la boca pequeña. ¿Por qué? Una de las razones la vino a dar el propio Corbyn: el referéndum los ha embarcado en el mismo bando que sus bestias negras, Cameron y Osborne . Así que el líder laborista abrió su intervención marcando diferencias y lamentando las «profecías fatalistas» , en clarísima alusión a las advertencias que hace el Gobierno del riesgo económico de Brexit .

Corbyn llegó al extremo de mofarse de los augurios que está haciendo el ministro de Economía, George Osborne , para defender la permanencia en la UE: «Ahora dice que si salimos de la Unión Europea habrá una recesión, peor es el mismo que anunció que con su política de austeridad en 2015 no habría déficit».

Y a partir de ahí trató de buscar una vía propia para justiciar la continuidad en Europa: «Un Brexit negociado por un Gobierno tory sería un desastre para los trabajadores». Corbyn defendió que muchos avances sociales y derechos laborales se deben a la UE , entre los que citó la igualación de derechos entre empleados a tiempo parcial y completo o las bajas por maternidad. También puso ejemplos más prácticos: la mejora de las tarifas de la telefonía móvil, la limpieza de las playas o hasta la protección de las abejas . No faltó la ecología, con la UE como herramienta necesaria contra el cambio climático.

En realidad, Corbyn hizo casi un discurso más de campaña para las generales de 2020 que de defensa de la UE . Rechazó del plano el TTIP, el tratado comercial con Estados Unidos, lo que le valió uno de los aplausos más cálidos y se quedó en blanco cuando le preguntaron si seguiría en una UE que suscribiese ese acuerdo.

Relaciones con los medios

Al final aceptó preguntas de la prensa y el balón volvió al punto de partida: la floja campaña y cierta abulia de su formación. «Eso es cómo cuentan los medios que está actuando el Partido Laborista» , respondió Corbyn, para regocijo de su parroquia. Estos días se ha filtrado que el veterano líder se quejó a su camarilla de que la BBC lo maltrata y está dañando su liderazgo. Cuando se concedió una pregunta a la corresponsal política del canal público, Laura Kuenssberg, fue saludada por un lamentable abucheo, pues no hacía más que su trabajo. Corbyn, fiel a su corbata roja y su americana holgada y atemporal, lo celebró con una sonrisita zorruna. Acto seguido dio una lista de ciudades donde va a ofrecer mítines, empezando mañana por Cardiff, la capital de Gales. «No hay punto donde no vayamos a ir».

Políticamente, tal vez lo más notable de su discurso es que defendió la inmigración y el público le aplaudió, algo insólito con el clima casi de xenofobia que empieza a ser moda en Inglaterra. «El Reino Unido no puede y no debe cerrar sus fronteras a los trabajadores de la UE» . Reconoció que en algunas barriadas hay roces con los recién llegados y una gran presión sobre los servicios sociales, pero concluyó que «la culpa de esa situación es de los recortes del Gobierno tory, no de los inmigrantes, que además hacen trabajos importantes, por ejemplo en el NHS».

Corbyn reconoció que a tres semanas vista, el referéndum está muy ajustado y pidió a los jóvenes que se inscriban para votar.

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