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Corbyn dilapida su único cara a cara con May de la campaña

La sesión de control fue su última oportunidad de confrontar con la «premier», que no acudirá a debates televisados

Corbyn y May (de espaldas) aparecen en una captura de vídeo, este miércoles en la Cámara de los Comunes AFP
Luis Ventoso

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El martes Theresa May reunió a los suyos y les pidió que no den las elecciones del 8 de junio por ganadas , que no vendan la piel del oso antes de cazarlo. Pero lo cierto es que su victoria se da por hecha en las encuestas - Corbyn está a 22 puntos -, entre los analistas políticos, en la bancada tory e incluso en los depremidos círculos laboristas.

El talón de Aquiles del Partido Laborista radica en que su líder, un apparatchik de 67 años que jamás ha trabajado en una empresa, carece de garra y credibilidad y además resulta inverosímil como primer ministro. Este miércoles volvió a comprobarse en la última sesión de control de la legislatura, que ha sido el único cara a cara que se verá esta campaña entre los líderes de los grandes partidos, toda vez que May ha roto una tradición democrática y se niega a acudir a debates televisivos.

Corbyn desaprovechó su última ocasión de encararse con May. En lugar de acorralar a la primera ministra con cuestiones cerradas, el todavía líder de la oposición volvió a su estrategia fallida de trasladarle a May preguntas que le envían por email simpatizantes laboristas, en las que se quejan de los recortes y la carestía de la vida.

«La gente tiene razón en estar preocupada con Corbyn, simplemente no es apto para el trabajo de primer ministro»

La primera ministra, experta en no responder a lo que se le pregunta, le replicó una y otra vez con una salva demoledora sobre su competencia personal: «La gente tiene razón en estar preocupada con Corbyn, porque simplemente no es apto para el trabajo de primer ministro». En una frase que ha levantado polvareda llegó incluso a acusarlo de simpatizar con los terroristas (en alusión a que en su día recibió en Londres a delegaciones de Hamas y de antiguos miembros del IRA ). También le recordó que está en contra del programa británico de disuasión nuclear, los submarinos Trident, y que el domingo en la BBC no contestó cuando le preguntaron si daría orden de disparar contra un líder del Daesh a tiro.

El ánimo que imperaba en las bancadas de los dos partidos resultaba totalmente antagónico. A los tories se les escapa la euforia, todo son sonrisas, risas y vítores. Corbyn inició su alocución recordando que lleva casi dos años como líder laborista. El dato provocó gestos de algarabía jocosa entre los diputados conservadores, dando a entender que para ellos su nombramiento fue la mejor de las noticias . Enfrente la bancada laborista lucía mustia. Hubo golpes demoledores, como cuando May aireó un tuit de Diane Abbott , una diputada que es ministra del Interior en la sombra y en los setenta vivió una relación con su hoy jefe de filas. «Me gusta Corbyn, pero…» , rezaba el tuit, en el que May se regodeó.

El líder laborista hizo sus habituales reproches. Acusó al Gobierno conservador de dañar a los más débiles con «siete años de austeridad», de recordar los servicios sociales y empeorar la sanidad y de ser «los amigos de los ricos».

May en apuros

La prueba de que Corbyn no funciona como líder de la oposición es que el único que puso en apuros a May en la última sesión de control fue un diputado nacionalista escocés , qué le exigió que respondiese con un «sí o no» a la pregunta de si va a mantener el llamado «triple candado» que estableció Cameron en 2010 para0 proteger la subida de las pensiones acorde al nivel de vida. May se limitó a responder que con su Gobierno los pensionistas seguirán cobrando más, pero se evadió de la pregunta concreta que le planteaban. El «triple candado» garantiza que las pensiones crecerán igual que los salarios, o como el IPC o al menos un 2,5%, la opción de las tres que sea más beneficiosa para los jubilados. Al final May podría acabar renovando la promesa según cómo vea la campaña.

Por ahora los tories no necesitan complicarse mucho la vida con grandes alardes programáticos, porque no hay rival. Corbyn incluso ha dicho que no acudirá tampoco a debates electorales televisivos, toda vez que May no lo hace. La líder del SNP, la separatista de izquierdas Nicola Sturgeon , lo puso verde de inmediato en Twitter: «Ante un gol a puerta vacía, Corbyn decide no marcar. ¡Increíble!» .

Este miércoles se han conocido nuevas y rotundas encuestas. Una de Panelbase ratifica la ventaja tory de 22 puntos. Más llamativa es todavía la Ipsos Mori, que asegura que ahora mismo May es la primera ministra más popular desde que comenzaron a preguntarlo en 1979; el 61% la ve más capaz para ocupar el Número 10, frente a solo un 23% que se quedan con Corbyn. A solo seis semanas de las votaciones, la firma YouGov cifra la popularidad de May en +10 (está mejor considerada que su partido, que tiene un -2). Corbyn en cambio está en -42 (-27 su partido). Solo el fallido nuevo líder de UKIP, Paul Nuttal, recibe peor nota: -43.

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