CONSTANTINO KARAMANLIS, Primer ministro de Grecia: «La lucha antiterrorista no debe vulnerar la Carta de Naciones Unidas»

-Para todos los países del Mediterráneo la seguridad y la lucha contra el terrorismo son prioritarias...

-Habiendo sufrido durante años el azote del terrorismo, nuestro país participa activamente en esa lucha. Grecia ha ratificado los doce acuerdos internacionales contra el terrorismo y aplica las resoluciones 1373 y 1566 del Consejo de Seguridad de la ONU. Creemos que la lucha antiterroristas no debe vulnerar la Carta de Naciones Unidas y el Derecho Internacional. Colaboramos estrechamente con los países amigos, y es una colaboración muy eficaz pues a través de ella se logró desarticular la organización «17 de Noviembre», o realizar los Juegos Olímpicos más seguros de la historia contemporánea. La UE ha fijado una estrategia antiterrorista y creemos en ella.

-El delicado equilibrio en Oriente Próximo concentra la atención general. ¿Qué propone Grecia para mejorar el clima?

-Grecia mantiene buenas relaciones con los países de la zona, y aunque basadas en la tradición, presentan también buenas oportunidades para colaborar en el futuro. Por eso nos interesa su estabilidad y prosperidad. Damos gran importancia al acercamiento y a la cooperación de estos países con la UE porque consideramos que es primordial la influencia beneficiosa que puede tener la Unión para desarrollar la coexistencia pacífica, la estabilidad y el desarrollo en la zona. En este marco, estamos decididos a jugar un papel decisivo con iniciativas de carácter político, económico y cultural. Grecia, además, puede aportar su valiosa experiencia en la zona de los Balcanes, que ha pasado de ser el polvorín de Europa a la estabilidad, el bienestar y la integración. Apoyamos las reformas políticas, económicas y sociales necesarias para el desarrollo de los países mediterráneos, pero creemos que tienen que ser el resultado de procesos internos. Damos una especial importancia al desarrollo del diálogo intercultural a través de la Cooperación Euromediterránea y creemos que hay que apoyar la Fundación para el Diálogo Intercultural. Apoyamos también los esfuerzos para solucionar los problemas de Oriente Próximo, basándonos en el reconocimiento del Estado palestino y en la garantía de seguridad para Israel. Creemos asimismo que para conseguir una paz permanente y viable en la región se necesita la reconciliación con todos los países vecinos.

-El interés europeo se centra en Turquía. La distensión entre Grecia y su vecino es esperanzadora. ¿Ve usted alguna mejoría de los problemas bilaterales?

-Grecia apoya las perspectivas europeas de sus vecinos del sureste pues considera que la zona será plenamente europea, imperará el escrupuloso respeto a los derechos humanos y se aplicarán los principios y valores europeos. Por eso apoyamos la orientación europea de una Turquía que se encuentra en el camino hacia Europa, que se ajusta paulatinamente a los postulados europeos y que actuará basándose en estos principios. Creemos que así hay grandes perspectivas de paz, buenas relaciones, cooperación, desarrollo económico y bienestar para ambos.

Si Turquía quiere acercarse efectivamente a Europa, se verá obligada a corresponder a las propuestas que plantea la UE y a respetar los principios y los valores de Europa y del Derecho Internacional. Y esto deberá reflejarse en su comportamiento hacia los países vecinos. Las decisiones de la UE al respecto dictan a Turquía un marco claro y definen un procedimiento concreto, que no debe descartarse ni ser objeto de negociación.

-Chipre sigue siendo un problema. Turquía no reconoce a la República, las fuerzas turcas permanecen en el norte de la isla y el Gobierno de Ankara no acepta las presiones comunitarias. ¿Qué iniciativas podría adoptar Grecia?

-Chipre es realmente un protagonista importante en el Mediterráneo oriental, miembro de la UE desde el 1 de mayo 2004. Turquía es un país candidato a la adhesión, que desde el 3 de octubre 2005 ha comenzado las negociaciones y por ello asume todos los compromisos a corto y largo plazo, cuyo cumplimiento le permitirá pasar a ser miembro de pleno derecho. La UE ha tomado posición ante todos estos hechos, tanto en el marco negociador como en la adopción del texto de la conocida «anti-declaración» a la declaración turca sobre el no reconocimiento de la República Chipriota, así como en todos los restantes documentos. En Atenas se espera ahora que Turquía muestre su voluntad para avanzar en su trayectoria europea.

BEGOÑA CASTIELLA. CORRESPONSAL