El Consejo de Seguridad respaldará hoy el plan Baker para el Sahara
NACIONES UNIDAS. El Consejo de Seguridad votará hoy la resolución elaborada por Estados Unidos de apoyo, aunque con matices, al plan del ex secretario de Estado norteamericano James Baker para el Sáhara Occidental. El mes español al frente del Consejo de Seguridad de la ONU ... concluye con un «paso adelante», en palabras del embajador español, Inocencio Arias, que considera la propuesta de Baker como «seria y equilibrada, y permitirá que los habitantes del Sáhara se manifiesten sobre lo que quieren».
La más importante descolonización pendiente de la ONU y el más espinoso asunto de la agenda exterior española, por la insistencia marroquí en considerar la antigua colonia española como parte de su territorio soberano, ha consumido muchas más horas y saliva de lo previsto cuando Washington lanzó todo su peso político a favor de la propuesta elaborada por el representante especial del secretario general para el Sáhara Occidental. Argelia, principal valedor del Frente Polisario, considera que ayer se logró «un buen texto» y felicitó al embajador español. Entre las modificaciones que Washington ha aceptado figuran las palabras «apoyo para la aceptación y aplicación» del plan donde se decía «endosa», pero sobre todo se ha añadido una frase que trata de contentar a Marruecos, aunque no parece haber convencido a Francia -y a los que hasta ahora han hecho causa común con ella, Bulgaria y Guinea Conakry- para que hoy dé su «sí»: el plan debe contar «con el acuerdo de las partes».
España tuvo que interpretar en algunas jornadas de este tórrido julio neoyorquino el papel de payaso que recibe todas la bofetadas, aunque al final ha sido Marruecos el que ha calentado más las orejas diplomáticas de su vecino del norte. El embajador marroquí ante la ONU, Mohamed Benounna, volvió a rechazar ayer de plano toda la iniciativa asegurando que «tanto el contenido como el procedimiento van en contra de los intereses nacionales de Marruecos».
El plan prevé la celebración de elecciones autonómicas en el plazo de un año sobre un censo que favorece al Polisario y que le otorgaría al Sahara Occidental una amplísima autonomía dejando en manos de Rabat los poderes básicos del Estado, para dentro de cuatro o cinco años celebrar el eternamente pospuesto referéndum sobre el futuro del territorio, aunque esta vez con un censo netamente favorable a Marruecos.
Benonua tuvo palabras muy duras para la presidencia española: «Resulta muy desafortunado que como país que ocupa la presidencia del Consejo de Seguridad España se haya alineado con Estados Unidos y Argelia, perdiendo la neutralidad», en una declaración llamativa para un país que siempre se ha considerado aliado especial de Washigton, una pareja de baile que Argel parece ahora interpretar en la zona. Arias trató de salvar el mantel de las siempre azarosas relaciones con el vecino del sur alegando que España jugó su baza en algunas de las modificaciones hechas en el texto de la resolución, tratando de «buscar acomodo a los deseos de ambas partes», una circunstancia que no desató precisamente el entusiasmo del Polisario, que reclamaba de España abandonar su tradicional y exquisita equidistancia ante un problema anquilosado.
El cambio de postura del Polisario, aceptando de forma inesperada el plan Baker, dio un vuelco a la situación política, que quiso ser de inmediato aprovechada tanto por Estados Unidos como por Kofi Annan, que hasta ahora se había mostrado más bien tibio en la cuestión del Sáhara. Ahmed Bujari, representante del Polsario ante la ONU, reiteró ayer su respaldo a la solución Baker, pero resaltó que la posición de Marruecos «suponía un enfrentamiento grave con Annan y con Baker», ya que «la pretendida soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental es algo que no casa con la realidad, ya que ni el pueblo saharaui ni la comunidad internacional se la reconocen».
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