China muestra su nuevo «Ejército 2.0»

Una vez más, el espectáculo estará dirigido por el cineasta Zhang Yimou, antaño «enfant terrible» del cine chino cuyas primeras películas siguen prohibidas en el país, pero que ha sabido transmitir mejor que nadie el mensaje de grandiosidad de la emergencia del «dragón rojo».

Junto a los mosaicos humanos que dibujarán miles de estudiantes y el paso de la oca que marcarán los batallones de soldados, el Ejército de Liberación Popular lucirá sus últimas novedades en «el mayor desfile de la historia», que incluirá una muestra de misiles estratégicos observados con lupa por los analistas para comprobar el ascenso militar chino.

A tenor de lo visto en los ensayos que han paralizado la ciudad durante las últimas semanas, entre ellos figuran los misiles intercontinentales DF-31, capaces de golpear Washington con cabezas nucleares múltiples, y los cohetes de corto alcance DF-11 y DF-15; así como los proyectiles anticrucero YJ-83 y los misiles de alcance medio DH-10, que pueden llegar a Taiwán, separada de China desde el final de la guerra civil (1945-49) pero cuya soberanía es reclamada por Pekín.

Además, la parada militar incluiría los misiles Dongfeng 21-D, con capacidad de maniobra para acertar a un objetivo móvil en alta mar. Su puesta en marcha, que todavía no está confirmada, podría obligar a los portaaviones de EE.UU. a retirar sus posiciones en caso de guerra por el control de Taiwán.

En cuanto a la aviación y aunque no han sido vistos en los ensayos, los reactores domésticos J-10 sobrevolarán los cielos de Pekín.

«El desfile deberá ser contemplado como una imagen positiva de China, que busca el desarrollo pacífico», aseguró al periódico «China Daily» el coronel Guo Zhigang, subcomandante del campo de entrenamiento de esta impresionante parada, que promete ser todo un espectáculo de masas.

El régimen quiere dar a conocer su desarrollo militar en la última década: su «Ejército 2.0», que acabará con la imagen de debilidad tecnológica del Ejército de Liberación Popular.

Hasta la luna

En el pasado, las Fuerzas Armadas chinas eran contempladas como una masa de militares escasamente equipados que ni siquiera eran capaces de reconquistar la isla de Taiwán. Pero el crecimiento económico experimentado por el régimen de Pekín durante las tres últimas décadas, ha dado lugar a un Ejército dotado con los últimos adelantos tecnológicos que no sólo se ha propuesto dominar la Tierra, sino también la Luna.

China, tercer país del mundo en lanzar un hombre al espacio, se ha embarcado en un ambicioso programa espacial que no sólo incluye una futura misión a la Luna, sino también la capacidad para destruir satélites fuera de la órbita terrestre. Un año más, el régimen de Pekín incrementó el pasado marzo sus gastos militares un 15 por ciento hasta alcanzar los 480.700 millones de yuanes (48.639 millones de euros). Aunque los analistas coinciden en que dicha cifra podría ser tres veces superior, se sitúa muy por debajo de los gastos militares del Pentágono, que rebasan los 354.166 millones de euros.