China aúlla con la diplomacia de los 'lobos guerreros'

Como se vio en la cumbre de Alaska, Pekín abandona su mesura y ya no oculta su alternativa a las democracias occidentales

La delegación china liderada por Yang Jiechi, jefe de la diplomacia y miembro del Politburó (segundo por la izquierda) REUTERS

Siguiendo la ‘Estrategia de 24 Caracteres’ ordenada por Deng Xiaoping tras la unánime condena internacional por la matanza de Tiananmen, la diplomacia de China se había basado hasta hace poco en «observar con calma, asegurar nuestra posición, ocultar nuestras capacidades y esperar nuestro ... momento, manteniendo un perfil bajo y nunca reclamando el liderazgo». Pero con el presidente Xi Jinping , y sobre todo desde la guerra comercial con Trump y la pandemia del coronavirus, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino está en manos de los llamados ‘lobos guerreros’.

Así se conoce a una nueva generación de portavoces y embajadores tan agresivos como imaginativos. Usando el mismo Twitter que censuran en su país, se dedican a lanzar vitriólicos ataques contra Estados Unidos y sus aliados y a difundir sus propias teorías de la conspiración, por ejemplo sobre el origen del coronavirus en una base militar americana.

Cumbre en Alaska

Sus aullidos volvieron a oírse el jueves en Alaska, donde el jefe de la diplomacia y miembro del Politburó, Yang Jiechi , y el titular de Exteriores, Wang Yi , enseñaron los colmillos en la primera cumbre diplomática con EE.UU. de la era Biden. En cuanto el secretario de Estado, Antony Blinken , y el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan , mencionaron Hong Kong, Xinjiang, Tíbet y Taiwán, Yang y Wang sacaron las garras. Lo que debían ser cinco minutos de saludos protocolarios ante la prensa derivaron en una hora de duelo dialéctico frente a las cámaras.

Si no hubiera habido periodistas, seguramente el inicio de la cumbre habría sido más pacífico, ya que ambas partes querían hacer un alarde de fuerza para sus respectivas audiencias y también de cara a la galería internacional. Para este primer encuentro, Blinken y Sullivan debían demostrar que Biden no será un blando como decía Trump. De parte de Xi Jinping, Yang y Wang también dejaron claro que el régimen chino está cada vez más crecido , sobre todo tras controlar mejor que Occidente la pandemia del coronavirus que empezó precisamente en su territorio.

En medio del creciente nacionalismo espoleado por la propaganda oficial, las redes sociales chinas han celebrado como una victoria el enfrentamiento verbal de sus diplomáticos con los estadounidenses en Alaska, a quienes les dijeron que no tenían «ninguna autoridad para hablar desde una posición de fuerza». Tras estos ‘lobos guerreros’, y como jefe de la manada, el presidente Xi Jinping sigue con su objetivo de erigir al autoritarismo chino en alternativa a las democracias occidentales.

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