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Chernóbil, el laboratorio del fin del mundo

Los alrededores de la central nuclear se convirtieron hace 30 años en un banco de pruebas sobre los peligros de la radiación para las personas y la naturaleza

Hoy en día, la ciencia no ha decidido hasta dónde llegan los daños. La vida salvaje es allí es mucho más exuberante que en zonas no contaminadas y solo hay consenso sobre las enormes consecuencias sociales y económicas que tuvo el accidente

Un grupo de lobos es fotografiado en la zona de exclusión de Chernóbil, en 2014. Según algunos investigadores, la abundancia de vida salvaje es similar a la de parques naturales como el de Yellowstone Jim Beasley y Sarah Webster, cortesía de National Geographic Society
Gonzalo López Sánchez

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El 25 de abril de 1986, a la 23.04 de la noche, hora local, el reactor 4 de la central nuclear de Chernóbil quedó fuera de control. Los técnicos del turno de noche trataron de contener la liberación de energía en el núcleo, donde ... el uranio estaba alimentando millones de reacciones en cadena, pero algunos fallos de diseño y algunos errores de los operarios lo impidieron. Cuando a las 23.40 se ordenó la parada de emergencia del reactor 4 , ya no había nada que hacer. El núcleo no respondía a las contramedidas de los operarios y estaba tan caliente, que tenía una potencia 100 veces superior a la de los límites máximos de seguridad. Finalmente, a la 01.24 de la madrugada, se produjo una potente explosión de vapor que hizo saltar por los aires el escudo que protegía el reactor, a pesar de que alcanzaba las 2.000 toneladas. Desde aquel momento, se desató un infierno nuclear y la central de Chernóbil se convirtió en un auténtico ventilador capaz de dispersar material radiactivo en todas direcciones, como si se tratara de una bomba sucia.

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