EN EJE
Caza de brujas en Bolivia
Almagro propone crear «una comisión internacional» que investigue la corrupción del último Gobierno de Evo Morales y el de transición de Áñez, hasta la asunción de Luis Arce
La OEA vuelve a ser crucial en el escenario boliviano y de rebote, en el resto de América. La caza de brujas desatada contra la expresidenta Jeanine Áñez (incomunicada), sus ministros, militares y policías durante su breve gestión se ha topado con el freno ... de la Secretaría General que ocupa Luis Almagro. El exministro de Asuntos Exteriores de José «Pepe» Mujica, considera -como cualquiera que conozca un poco el terreno- que «el sistema judicial boliviano no está en condiciones de brindar las mínimas garantías de juicio justo, de imparcialidad y de debido proceso», al grupo de detenidos del anterior Gobierno. Los expresidentes agrupados en Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) y Human Rights Watch (HRW) dicen lo mismo con otras palabras.
Felipe Solá, actual Canciller de Alberto y Cristina Fernández, lo ve diferente. En un alarde de su natural diplomacia, calificó a Almagro de «inmoral absoluto» además de reprocharle, su «enorme aporte para que hubiera un golpe de Estado» en Bolivia contra Evo Morales, en 2019. El golpe, en rigor, lo dio Morales en las urnas (antes y durante el escrutinio) con un fraude que convirtió Bolivia en un polvorín pero, ese detalle, no quedó registrado en el disco duro del jefe de la Diplomacia argentina, un hombre que presumía en CQC, de sobrevivir en política gracias a su enorme facilidad para «hacerse el boludo».
Almagro propone crear, en el marco de Naciones Unidas/OEA , «una comisión internacional» que investigue la corrupción del último Gobierno de Evo Morales y el de transición de Áñez, hasta la asunción de Luis Arce y David Choquehuanca, brazos ejecutores de la venganza del expresidente que salió volando a México, Cuba y Argentina, cuando el bumerán de sus desmanes (incluido el asedio a La Paz) le marcaba el camino a la cárcel o a algún destino peor, dado el caos reinante por entonces.
Almagro, al que nunca tuve el gusto de conocer, también ve necesario que intervenga la Corte Penal Internacional por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Bolivia. El secretario general de la OEA ve, al margen de ideologías, lo que otros, más cerca de una izquierda trasnochada, se niegan a mirar. Quizás, por eso Solá, el «boludo», le acusa de «inmoral».