Carmen de Carlos - En eje
Daniel y Rosario
Las elecciones de noviembre serán una farsa y el líder supremo -y criminal- seguirá, como lo hace desde el 2007, en su poltrona del poder
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónIberoamérica, con España dentro, atraviesa uno de esos momentos que hacen historia en forma de amenaza y realidad. El patio peninsular está resquebrajado por culpa de nosotros mismos y el viejo patio trasero, que se adjudicaba a Estados Unidos, se desgaja entre dictaduras, regímenes autoritarios ... y déspotas de medio pelo.
Al otro lado del Atlántico, Nicaragua es un infierno sin ángel de la guarda. Daniel Ortega y Rosario Murillo podrían ser una pareja de violadores y asesinos seriales, a los que un buen día les detiene la Policía y los vecinos juran no saber, ni haber sospechado, nada de sus salvajadas. En 10 días se han liquidado a ocho candidatos y en abril del 2018 ejecutaron, al menos, a 325 personas. Pero no pasa nada. El Centro Nicaraguense de Derechos Humanos (CENIDH) protesta, como lo hace HRW, la OEA, la CIDH o los miembros del grupo conservador, ECR Eurolat, pero… todo sigue igual.
Las elecciones de noviembre serán una farsa y el líder supremo -y criminal- seguirá, como lo hace desde el 2007, en su poltrona del poder. Tendrá su butaca en las Cumbres Iberoamericanas y hasta se echará unas risas con Nicolás Maduro y Andrés Manuel López Obrador (AMLO) si coinciden allí o a saber dónde. Con Alberto Fernández, dada su salud, me temo que lo tendrá más difícil pero siempre le quedará Cristina (CFK) o los vídeos del presidente de Argentina, de antes y de ahora (son gratis).
Con Luis Arce no parece que Ortega -cuando no le patina la lengua- pueda entenderse mucho. El boliviano va más a lo suyo, que son los números y no las palabras. Quizás si, como todo parece indicar, Castillo termina siendo el presidente de Perú, ahí un bis a bis de los dos sería para alquilar balcones. Aunque nada igualaría a una de pollitos en fuga con Keiko Fujimori rumbo a Japón, como hiciera su padre. En fin, todo en ese patio, que es suyo y es un poco responsabilidad de todos, es un desastre, pero algo habrá que hacer para cambiar las cosas. Los que están dentro y los que seguimos fuera.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete